jueves, 31 de marzo de 2016
miércoles, 30 de marzo de 2016
martes, 29 de marzo de 2016
lunes, 28 de marzo de 2016
domingo, 27 de marzo de 2016
sábado, 26 de marzo de 2016
viernes, 25 de marzo de 2016
LA PASIÓN SEGÚN FEDERICO GARCÍA LORCA
CRUCIFIXIÓN
La luna pudo detenerse al fin [por] la curva blanquísima de
los caballos.
Un rayo de luz violeta que se escapaba de la herida
proyectó en el cielo el instante de la circuncisión de un
niño muerto.
La sangre bajaba por el monte y los ángeles la buscaban,
pero los cálices eran de viento y al fin llenaba los
zapatos.
Cojos perros fumaban sus pipas y un olor de cuero caliente
ponía grises los labios redondos de los que vomitaban en las
esquinas.
Y llegaban largos alaridos por el Sur de la noche seca.
Era que la luna quemaba con sus bujías el falo de los
caballos.
Un sastre especialista en púrpura
había encerrado a las tres santas mujeres
y les enseñaba una calavera [por] los vidrios de la ventana.
Las tres en el arrabal rodeaban a un camello blanco
que lloraba porque al alba
tenía que pasar sin remedio por el ojo de una aguja.
¡Oh Cruz! ¡Oh clavos! ¡Oh espina!
¡Oh espina clavada en el hueso hasta que se oxiden los
planetas!
Como nadie volvía la cabeza, el cielo pudo desnudarse.
Entonces se oyó la gran voz y los fariseos dijeron:
Esa maldita vaca tiene las tetas llenas de leche.
La muchedumbre cerraba las puertas
y la lluvia bajaba por las calles decidida a mojar el
co[razón]
mientras la tarde se puso turbia de latidos y leñadores
y la oscura ciudad agonizaba bajo el marttllo de los
carpinteros.
Esa maldita vaca
tiene las tetas llenas de perdigones,
dijeron los fariseos.
Pero la sangre mojó sus pies y los espíritus inmundos
estrellaban ampollas de laguna sobre las paredes del templo.
Se supo el momento preciso de la salvacion de nuestra vida
porque la luna lavó con agua
las quemaduras de los caballos
y no la niña viva que callaron en la arena.
[Entonces salieron los fríos cantando sus canciones
y las ranas encendieron sus lumbres en la doble orilla del
río.]
Esa maldita vaca, maldita, maldita, maldita
no nos dejará dormir, dijeron los fariseos,
y se alejaron a sus casas por el tumulto de la calle
dando empujones a los borrachos y escupiendo sal de los
sacrificios
mientras la sangre los seguía con un balido de cordero.
Fue entonces
y la tierra despertó arrojando temblorosos ríos de polilla.
Nueva York, 18 de octubre de 1929
Federico
García Lorca
POETA EN NUEVA YORK (1929-1930)
Al igual que las personas, a veces los poemas tienen extraños
destinos. Este poema que Lorca consideraba fundamental para su "Poeta en
Nueva York", no fue incluido en las ediciones del libro por una serie de
extravíos y de desencuentros. Hasta 1950 no vió la luz en una revista de
poesía. Ya en 2007 su manuscrito original fue subastado en Londres.
Lorca lo consideraba imprescindible en el libro. En una
carta de Lorca a Miguel Benítez, su editor:
"Queridísimo
Miguel. Estoy poniendo a máquina mi libro de Nueva York para darlo a la prensa
el próximo mes de octubre; te ruego encarecidamente me mandes a vuelta de
correo el poema Crucifixión puesto que tú eres el único que lo tienes y yo me
quedé sin copia. Desde luego irá en el libro dedicado a ti. Por primera vez en
mi vida dicto una carta que está escrita por mi secretario. Miguel, ten la
bondad de ser bueno y mandarme ese poema, porque es de los mejores que llevará
el libro".
Como bien escribieron unos periodistas en su crónica:
El día en que Federico García Lorca emborronó un papel con
los versos de Crucifixión, supo que le habían alumbrado todas las musas. Fue en
Nueva York, abrumado por las "vacas con tetas llenas de perdigones" y
por "temblorosos ríos de polilla"(La Crucifixión según Lorca.
R.Torres-Ruiz Mantilla. El Pais 27-11-07)
jueves, 24 de marzo de 2016
LAS SIETE PALABRAS
Las Siete Palabras
1
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
2
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”
3
“Madre, ahí tienes a tu hijo, hijo, ahí tienes a tu madre”
4
“Dios mío, Dios mío, ¿ por qué me has abandonado”
5
“Sed tengo”
6
“Todo se ha cumplido”
7
“Padre a tus manos encomiendo mi espíritu”
Cristo en la Cruz
LA ORACIÓN EN GETSEMANÍ
La Oración en la Agonía de Getsemaní
I. Después de la Última Cena, Jesús tiene una inmensa necesidad de orar. Su alma está triste hasta la muerte. En el Huerto de los Olivos cae abatido: se postró rostro en tierra (Mateo 26, 39), precisa San Mateo.
"Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea yo como quiero, sino como quieres Tú".
En Jesús se unen a la tristeza, un tedio y una angustia mortales.
Buscó apoyarse en la compañía de sus amigos íntimos y los encontró durmiendo; pero, entre tanto, uno no dormía; el traidor conjuraba con sus enemigos. Él, que es la misma inocencia, carga con los pecados de todos y cada uno de los hombres, y se ofreció, con cuánto amor, como Víctima para pagar personalmente todas nuestras deudas... y de cuántos solo recibe olvido y menosprecio.
¡Cuánto hemos de agradecer al Señor su sacrificio voluntario para librarnos del pecado y de la muerte eterna! En nuestra vida puede haber momentos de profundo dolor, en que cueste aceptar la Voluntad de Dios, con tentaciones de desaliento. La imagen de la Agonía de Jesús en el Huerto de los Olivos nos enseña a abrazar la Voluntad de Dios, sin poner obstáculo alguno ni condiciones, aunque por momentos pidamos ser librados, con tal de que así pudiésemos identificarnos con la Voluntad de Dios. Debe ser una oración perseverante.
II. Hemos de rezar siempre, por nosotros y por la Iglesia; pero hay momentos en que esa oración se ha de intensificar, cuando la lucha se hace más dura; abandonarla sería como dejar abandonado a Cristo y quedar nosotros a merced del enemigo:
"solo me condeno; con Dios me salvo"
San Agustín.
Nuestra meditación y oración diaria, siempre a través de la Santísima Virgen, para poner el corazón con el de Ella en Dios, siendo verdadera oración, nos mantendrá vigilantes ante el enemigo que no duerme:
"vigilad y orad para que no caigáis en tentación..."
Y nos hará fuertes para sobrellevar y vencer tentaciones y dificultades. Si nos descuidáramos perderíamos la alegría y nos veríamos sin fuerzas para combatir y dar testimonio de la Verdad.
III. Los santos han sacado mucho provecho para su alma y para la Iglesia de este pasaje de la vida del Señor. Santo Tomás Moro nos muestra cómo la Agonía del Señor en Getsemaní ha fortalecido a muchos cristianos ante grandes dificultades y tribulaciones. También él fue fortalecido con la contemplación de estas escenas, mientras esperaba el martirio por ser fiel a la fe. Y puede ayudarnos a nosotros a ser fuertes en las dificultades, grandes o pequeñas, de nuestra vida ordinaria y aprovecharlas para reparar por nuestras faltas y ofrecer por la Iglesia. El primer misterio doloroso del Santo Rosario puede ser tema de nuestra oración cuando nos cueste descubrir la Voluntad de Dios en los acontecimientos de nuestra vida personal y en los de la historia de la Iglesia que quizá no entendemos. Podemos entonces rezar con frecuencia a modo de jaculatoria:
"Quiero lo que quieres, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras ”
"Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea yo como quiero, sino como quieres Tú".
En Jesús se unen a la tristeza, un tedio y una angustia mortales.
"solo me condeno; con Dios me salvo"
San Agustín.
"vigilad y orad para que no caigáis en tentación..."
Y nos hará fuertes para sobrellevar y vencer tentaciones y dificultades. Si nos descuidáramos perderíamos la alegría y nos veríamos sin fuerzas para combatir y dar testimonio de la Verdad.
ESTACIONES DE LA CRUZ
I Estación
Jesús es condenado a muerte
Señor, haz que los que tienen poder libren de las condenas
injustas con que tanta gente inocente ha sido condenada.
II Estación
Jesús carga con la cruz
Señor, sólo te pido una cosa: que me ayudes a mirar la tuya,
cuando las fuerzas me fallen, para poder intentar seguir viviendo con la poca
esperanza que me queda.
III Estación
Jesús cae por primera vez
Señor, sólo te pido una cosa: una nueva oportunidad. Haz que
alguien me ayude a salir de este infierno, porque quiero seguir caminando.
IV Estación
Jesús encuentra a su madre
Señor, tengo que decirte que ellos son mi padre y mi madre. Gracias por habérmelos encontrado en el camino de mi vida.
V Estación
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Señor, aquí me sigues teniendo para echar una mano y seguir
ayudando a llevar algunas de esas cruces tan pesadas y dolorosas que existen en
nuestro mundo.
VI Estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús
Señor, engendra "verónicas" que se apresten a
limpiar tantos rostros desfigurados.
VII Estación
Jesús cae por segunda vez
Señor, aunque me resulta duro, poco a poco lo voy
consiguiendo. Gracias por la fe que un día me diste y que es el mejor soporte
para mis momentos más duros.
VIII Estación
Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Señor, gracias porque, a pesar de todo, Tú continúas
enviando personas con manos suaves que acarician nuestros rostros y nos dirigen
palabras de amor y de cariño.
IX Estación
Jesús cae por tercera vez
Señor, no quiero seguir cayendo, al menos de la manera en
que lo he hecho hasta ahora. Pero sabes muy bien que solo no puedo. Dame tu
ayuda y pon en medio de mi camino personas que, si caigo, me ayuden a
levantarme.
X Estación
Jesús es despojado de sus vestiduras
Señor, sabes muy bien lo que duele cuando a uno le despojan
de lo único que le queda. Por eso, no te pedimos ningún milagro especial.
Sencillamente, que ayudes a ver y a darse cuenta a los que más tienen y a los
que más pueden lo mucho que vale lo poco que tienen los más pobres.
XI Estación
Jesús es clavado en la cruz
Señor, ayúdame y ayúdanos a encontrar un poco de alivio para
mitigar el dolor tan fuerte que nos produce la cruz en la cual nos encontramos
clavados.
XII Estación
Jesús muere en la cruz
Señor, no más muertes en ningún tipo de cruz, ni antigua ni
moderna. Para ello, más justicia y más amor que las eviten.
XIII Estación
Jesús es puesto en los brazos de su madre
María, tú que eres la reina de la paz, intercede para que
acabe la violencia y, con ella, el dolor que provoca.
XIV Estación
Jesús es sepultado
Señor: impregna nuestras vidas de la fuerza y el vigor
necesarios para romper aquellas ataduras que nos impiden proclamar tu Verdad.
Jesús vence la muerte, resucita y
continúa vivo
Señor, yo también quiero ser testigo de tu Resurrección.
Infunde en mi corazón el coraje que necesito para ello.
miércoles, 23 de marzo de 2016
martes, 22 de marzo de 2016
EL VALOR DE LA FE
La Fe es una actitud del ser humano que incluye la totalidad, voluntad e intelecto y está dirigida a algo o alguien, idea o proyecto, doctrina o ser divino como la fe religiosa. Si bien la fe abarca la creencia, esta va más allá y en la historia de la teología se encuentra una distinción grande entre la fe propiamente dicha y las obras que esta produce y de otro lado entre fe y conocimiento. Hay pensadores que afirman “las buenas obras son consecuencia de la fe”.
La Biblia trae, entre otras, una cita importante en Hebreos 11,1, proclama la fe como:
"El fundamento de las cosas que se esperan y un convencimiento de las cosas que no se ven"
Aquí la fe, toma el concepto griego de la palabra pistis, cuyo significado es el de un acto mediante el cual se da la confianza de uno a otro, a algo, o en alguien.
Desde esa perspectiva hay que tener FE en sí mismo y confianza en los demás, el líder que pretenda hacer surgir algo en sus trabajadores, asociados o congéneres, debe pensar como Sócrates cuando proponía “Quien puede llegar a ser el ser”, es el mismo criterio del empoderamiento cuando afirma que la gente tienen el poder y el facultarlo significa reconocerle ese poder que tiene. Se debe entender que el ser no fue llamado a la perfección sino a la infinitud, a la trascendencia, y esto solo se logra con la FE en lo que hacemos, con creer en lo que proponemos como proyecto de vida, en lo que pretendemos trasmitir a los demás.
La infinitud se logra venciendo la mediocridad, esa gran peste social, azote moderno de quienes ya llegaron a ser, la infinitud se construye a través de la persistencia, de entender que el fracaso no existe como fin de nada, el fracaso por el contrario debe celebrase como un nuevo triunfo que nos da la posibilidad de iniciar una nueva etapa de nuestro camino, convirtiendo la adversidad en éxito, pero esto sólo se consigue con la fe del carbonero, con la persistencia del telegrafista, con creer en sí mismo.
Sócrates no huye ante la condena a morir con cicuta así se lo ofrezcan sus carceleros, ¡no! Sócrates muere con la convicción de sus principios con FE en lo que cree. Jesús no se revela contra el Padre ¡no! Jesús muere por la humanidad, por la convicción de lograr la redención de los demás, por tener FE en su misión.
FE es ver lo posible en lo imposible, es ser capaz de ver lo invisible, de facilitar al ser las herramientas para que tenga FE. Apalancados en la FE, como un valor, se puede aceptar el gran reto de reinventar y de apuntar hacia la travesía, ese gran desafío del tercer milenio ahora que se está viviendo, se debe mirar la forma de hacer las cosas de diferente manera. Es decir, el ser tiene la obligación de deponer la actitud pasiva que le caracteriza y tomar parte integral en el mundo que le rodea.
Es obvio, los líderes Polivalentes deben enfrentar el reto guiados por aquellos que se preparen o estén preparados para dirigir el mundo en el nuevo contexto, no per se, sino enfrentando la realidad con una actitud renovadora, ver el mundo desde la perspectiva de recoger del pasado lo que sirve y desechar todos aquellos modelos que sirvieron en parte y fracasaron en otra. Tomar lo bueno del ayer e integrarlo con lo nuevo del mañana, aceptando el reto:
INICIAR LA TRAVESÍA CON AMOR
Fabio Alberto Cortés Guavita
Fuente:http://www.proyectopv.org/
lunes, 21 de marzo de 2016
MÁS CLARO IMPOSIBLE!
PARTIDA DE NACIMIENTO
Laureano Márquez
Laureano Márquez
El suscrito, prefecto ad hoc de la itinerancia natal, de la circuncisión judicial adjunta de los Municipios sucesivos, certifica la exactitud de la presente copia Número 6.996, capicúa y hace constar, como consta, que en día impreciso del año en curso (En curso del momento de la presentación del susodicho, que no siendo dicho, se infiere, según la lógica del sentido común interpretativo de la gente, que no es bolsa). Me fue presentado un muchacho varón. Inmediatamente se procedió a multar a los padres por haber esperado dos años para presentar al niño, pero la madre alegó que apenas tenía tres días de nacido, pero que aparentaba dos años por lo grandote. Aclarado el punto con testimonio oral de la comadrona (que no era la partera, sino una comadre bastante buena gente y solidaria y por tanto llamada así), se procedió a la inscripción del niño neonato. El niño me fue presentado por su papá y su mamá quienes en alta, clara e inteligible voz le dijeron al suscrito: “aquí venimos a presentarle a este niño”, a lo que yo respondí, según la fórmula establecida: “mucho gusto, niño”. A lo que el niño se acarició los bigotes, como pensando lo que iba a decir, pero no dijo nada, como es de esperarse en un niño de tan tierna edad.
El padre del recién nacido declaró lo siguiente: que la criatura era producto de su unión conyugal legítima y que el niño nació bastante temprano, porque es madrugador, como el resto de la familia. Preguntados los progenitores por mi persona en alta clara e ininteligible voz: “¿y ustedes de dónde son?”, respondió el aludido: “no soy de aquí, ni soy de alla, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad”.
Como autoridad competente tome nota precisa de tan detallada declaración de datos para que quedaran asentados en esta partida y de paso también los invité a asentarse a ellos mismos porque ese niño tenía que pesar por lo menos 10 kilogramos y la progenitora lo cargaba en brazos al no caber en el cochecito. Según testimonios de los progenitores los datos de filiación del infante son los siguientes: si bien es cierto que el niño fue concebido en territorio nacional, parte del embarazo transcurrió en el vecino país. Alimentada su madre con productos de allá, quién le quita a ese niño, lo que tiene en su sustancia de la alimentación de las zonas circunvecinas. Si digamos que el puente hubiese estado cerrado a efectos de transito, esa inocente criatura, que los avatares del destino obligaban a nacer allá, (o sea aquí) habría nacido aquí (es decir allá) por fuerza.
Pero sí que es cierto que nació aquí (es decir, allá, dependiendo de donde usted esté leyendo la presente partida). Es que se nota apenas uno lo ve, esa inclinación patriota que traslucen los ojos del neonato. Según consta en registro el niño nació muy específicamente en la localidad de Los Chaguaramos, Valle Abajo, Parroquia El Valle, en una Policlínica ubicada en La Candelaria, Santa Rosalía, en la zona limítrofe del río Orinoco del poblado conocido como El Palotal. Los testigos de este acto son Frnlstin Kasrtirn, Rimsenr Olibrts y la señora Quientl Rapurdt, quien como se dijo anteriormente es la comadrona. Dichos testigos presentaron su cédula de identidad y se ve clarito que son ellos. La presente certificación es copia supremamente fiel y exacta del original, lo que sí que el original, la verdad, no se ve muy bien, pero ya se sabe que esos libros envejecen también. Pero yo creo que sí. Y se expide en la ciudad capital (la que fue fundada por los españoles) a los 18 días del mes de marzo de 2016.
Jairo Restrepo
Perfecto.
EL LIMONERO DEL SEÑOR - Andrés Eloy Blanco
agoniza la tradición.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
Miracielos; casuchas nuevas,
con descrédito del color;
antaño hubiera allí una tapia
Y una arboleda y un portón.
Calle de piedra; el reflejo
encalambrado de un farol;
hacia la sombra, el aguafuerte
abocetada de un balcón,
a cuya vera se bajara,
para hacer guiños al amor,
el embozo de Guzmán Blanco
En algún lance de ocasión.
En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.
Cuentan que en pascua lo sembrara,
el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
Para el día de San Simón.
Por la esquina de Miracielos,
en sus Miércoles de dolor,
el Nazareno de San Pablo
Pasaba siempre en procesión.
Y llegó el año de la peste;
moría el pueblo bajo el sol;
con su cortejo de enlutados
pasaba al trote algún doctor
y en un hartazgo dilataba
su puerta «Los Hijos de Dios».
La Terapéutica era inútil;
andaba el Viático al vapor
Y por exceso de trabajo
se abreviaba la absolución.
y fue el Miércoles del Dolor
cuando, apestada y sollozante,
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
hasta San Pablo, se agolpó.
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo
salió otra vez en procesión.
En el azul del empedrado
regaba flores el fervor;
banderolas en las paredes,
candilejas en el balcón,
el canelón y el miriñaque
el garrasí y el quitasol;
un predominio de morado
de incienso y de genuflexión.
La peste aléjanos, Señor...!
En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.
De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
—¡Milagro...! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor...!
Y veinte manos arrancaban
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.
Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
¿Golpe de sordo mercachifle
o competencia de Doctor
o despecho de boticario
u ornamento de la población...?
El Nazareno de San Pablo
tuvo una casa y la perdió
y tuvo un patio y una tapia
y un limonero y un portón.
¡Malhaya el golpe que cortara
el limonero del Señor...!
¡Mal haya el sino de esa mano
que desgajó la tradición...!
Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva nevada de azahares
sobre la cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en procesión,
en la esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor...!
Andrés Eloy Blanco