UN PROBLEMA DE AUTOESTIMA



Muchos de nosotros hemos sido testigos de cómo la condición de baja autoestima de una persona puede afectar las relaciones dentro de un equipo de trabajo, debo confesarles que aunque tengo algo de conocimiento sobre el tema, hasta este momento no entendía en toda su dimensión, la condición patológica de una persona con baja autoestima y sus consecuencias. 

Los problemas de baja autoestima tiene por lo general origen en nuestra niñez y están directamente relacionados con la necesidad de reconocimiento, cuando la necesidad de reconocimiento se convierte en algo obsesivo nos encontramos frente a un grave problema y hasta una patología, sobre todo cuando el que busca reconocimiento, siente que el resto de las personas son un impedimento para ello.

Todos necesitamos ser reconocidos. No es una cuestión de orgullo, egoísmo o inmadurez.  En absoluto, el ser humano, desde sus etapas más tempranas, necesita del respeto y el cariño de todos aquellos que le rodean, ahí donde queda implícito ese reconocimiento sincero hacia nuestra persona.

Se reconoce nuestro valor como ser humano que es querido, amado. Se reconocen nuestras virtudes y nuestras capacidades para avanzar y conseguir cosas. Para ser feliz con madurez e integridad. Bajo esta dimensión esencial se halla además la fuerza de esos vínculos de apego que nos dan confianza y que nos ayudan a crecer. Nuestros padres, nuestra familia, son el primer círculo social encargado de ofrecernos reconocimiento, respeto y cariño.

Si disponemos de este primer “sustrato”, tendremos también el privilegio de la autoestima. Ésa con la cual, ir avanzando emocional y personalmente. Más tarde, y a través de nuestras relaciones sociales, obtendremos también reconocimiento de nuestros amigos y nuestras parejas. Pero cuidado, al igual que aceptamos recibirlo, también es esencial saber ofrecer reconocimiento a los demás: “yo te valoro como persona, te aprecio y creo en ti. Sé de lo que eres capaz y te respeto por ello. Eres parte de mi vida”.

Para poder entender, reconocer y poder enfrentar las consecuencias de los problemas de autoestima, debemos ahondar en el concepto del reconocimiento. Recordemos pues, cuales son los pilares fundamentales que sustentan nuestra autoestima:

1. EL respeto hacia uno mismo: Imprescindible. Si uno mismo no se valora y se reconoce a sí mismo como persona capaz e importante, no tenemos nada. El amor siempre empieza por la propia persona. Si yo me valoro y soy capaz de ver todas mis virtudes y mi derecho a ser feliz, seré capaz casi de cualquier cosa. Sobre todo de aportarme integridad a mí mismo.

2. La autoconfianza: Soy consciente de mis capacidades y mis limitaciones. Y confío en mí  para avanzar con equilibrio y seguridad a lo largo de mi camino vital. Si no tengo confianza en mí mismo, pierdo el control de mi vida. O lo que es peor, lo dejo en el bolsillo de lo demás. Y algo así no es saludable.

3. La responsabilidad  de tener control sobre nuestra propia vida: Tú eres el capitán de tu navío. No eres un grumete ni aún menos un polizón. Es imprescindible que sepamos esto desde muy temprano para poder tomar nuestras propias decisiones. Para valorarnos más como personas y ser valientes.

4. La creencia de que somos validos: Jamás mires tu vida desde el punto de vista de la carencia, sino de la posibilidad. De la capacidad. Reconoce tus virtudes, tus fuerzas, jamás tus flaquezas. Todos somos válidos para ser felices en esta vida compleja, sólo se requiere seguridad en uno mismo y valentía. Nunca pienses que los demás son más válidos que tú, o será el momento en que empieces a levantar muros alrededor de tu vida. No caigas en ese error.

Tal y como puedes observar, alrededor de todos estos puntos, se integra la necesidad de reconocimiento. Pero ante todo el reconocimiento propio. La certeza de saber que soy una persona merecedora de logros, equilibrio y felicidad. Es posible que en los primeros años de tu vida no gozaras del respeto y el reconocimiento de tu familia. Puede que esos vínculos de apego no fueran los más apropiados en tu caso particular.

Tal vez fuera así, pero jamás te quedes anclado en ese pasado de infelicidad. Escudriña en tu interior, busca las fuerzas que todos tenemos y busca el salvavidas de ese auto-reconocimiento, ése que te dice que eres una persona valiente. Que mereces lo mejor y que el amor, siempre empieza en uno mismo.

Como puedes ver hemos estado hablando de un reconocimiento esencial que vertebra el concepto de la autoestima. Aunque también hemos de hacer un pequeño matiz. Seguro que conoces a una o varias personas que buscan siempre el reconocimiento de los demás.

El que se valore sus acciones, sus palabras, sus comportamientos, sus actitudes e incluso su físico. Cuando estas necesidades se vuelven casi obsesivas, estaríamos hablando de un reconocimiento poco saludable. Ése que busca en el exterior, lo que no encuentra en el interior.

Es decir, tal y como hemos señalado anteriormente, es primordial que el reconocimiento parta también de la propia fuerza interior. No hace falta que los demás reconozcan que soy una persona íntegra y valiente. No necesito a cada instante y a cada hora que me digan lo bien que hago las cosas. Yo también lo sé.

Bien es cierto que todos necesitamos que amigos, familia y pareja nos ofrezcan reconocimiento. Pero no de modo obsesivo y continuo. Porque entonces, lo que estaré mostrando es una clara inseguridad en mi persona. Y entonces, un pilar de mi autoestima se estará rompiendo.

El reconocimiento es vital para el ser humano. Nos ayuda a crecer con seguridad. Pero también es primordial que lo ejercitemos en nuestro interior, consiguiendo que se alce como una locomotora interna capaz de darnos confianza, fuerza y estabilidad.



Gustavo Antillano
@gantillano




DE LA ADVERSIDAD A LA ESPERANZA



La inmediatez de las dificultades que nos suceden y que pueden ocupar un amplio espectro de conflictos y sufrimientos exigen nuestro esfuerzo cotidiano, y a menudo, ocupan la mayor parte de nuestras energías y nuestro tiempo quitándonos la posibilidad de vislumbrar nuestra perspectiva de vida.


"El hombre tiene la peculiaridad de que no puede vivir si no mira al futuro" y esto reviste toda una filosofía que requiere de nosotros la mayor predisposición para afrontar el presente sin perder de vista nuestros grandes objetivos y anhelos. Que el árbol no nos impida la visión del bosque
 implica mantener la perspectiva que facilita el rumbo.

Decía Nietzche: "Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo".


Mirar el futuro a partir de nuestros proyectos, aspiraciones, anhelos o simplemente a partir de quienes nos necesitan a su lado implica infundirnos de la energía que revitaliza nuestro físico y reconforta nuestro espíritu.


El pesimismo, la falta de esperanza y la sensación que nos invade cuando no hallamos las salidas a nuestras dificultades tienen su punto de partida en
 la actitud que cada uno asuma frente a la adversidad, actitud que puede darnos la oportunidad de tomar el control de la situación y no a la inversa, asumiendo con dignidad y responsabilidad el desafío que la vida nos impone, aun cuando no haya alternativas.

"La emoción, que constituye sufrimiento, deja de serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa del mismo", decía Spinoza en su "Ética".


La vida constituye una verdadera escuela para el espíritu y cada una de sus existencias tiene por lo tanto un significado trascendente, no sólo a partir
 de nuestras realizaciones sino también de nuestras privaciones, luchas y sufrimientos.

Todo ellos nos ejercitan  en el desarrollo de aptitudes y capacidades para nuestro desenvolvimiento, compensando nuestras carencias materiales y espirituales.


No existen dos vidas iguales. Cada vida es distinta porque cada espíritu la ha forjado a partir de una historia diferente. La unicidad es lo que diferencia cada situación y cada desafío. Nadie puede ocupar nuestro lugar y somos nosotros quienes debemos encontrar el sentido a nuestro esfuerzo y a nuestra
 lucha. La llave está en nuestra actitud frente a la adversidad siendo los únicos responsables de nuestros actos, de nuestras obras, de lo que decimos y hacemos y también de lo que dejamos de hacer.

La humildad de nuestro proceder, la confianza en nuestros valores para concretar nuestros anhelos y el amor de los seres queridos son algunas de las herramientas con las que podemos contar para capitalizar nuestra experiencia de vida.



@gantillano 








MEMORIA ÚTIL DEL 23 DE ENERO DE 1958 - Simón Alberto Consalvi

  




Con la perspectiva de más de medio siglo, los venezolanos podemos mirar al 23 de enero de 1958 como una de las grandes jornadas del pueblo y de la nación en su conjunto. Fue un momento ejemplar, y por consiguiente debe perdurar en nuestra memoria y servirnos de aliento en los tiempos de crisis o incertidumbre.

Aquel día los ciudadanos de todas las regiones y de todos los sectores sociales le dijeron No a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y a todos los sistemas que pudieran semejarse. Fue un canto multitudinario a la libertad.

El dictador quiso reelegirse mediante un plesbicito fraudulento e inconstitucional, pero de inmediato tanto el pueblo como las Fuerzas Armadas descubrieron la oscura trama del general. Pérez Jiménez comenzó por destituir a dos de los personajes más odiados de su régimen, el jefe de la Seguridad Nacional y el Ministro de Relaciones Interiores, Pedro Estrada y Laureano Vallenilla Planchart, pero esto no le bastó para aplacar las furias populares desatadas.

Como a todos los dictadores de todas las épocas su tiempo se había terminado. Igual que Juan Vicente Gómez décadas antes. Así está escrito.

El alzamiento militar del 1º de enero fue como el primer campanazo de las Fuerzas Armadas que le hicieron ver al dictador que no podía seguir mal utilizando y abusando de su nombre.

El 23 de enero en la madrugada, el dictador huyó a bordo de “La vaca sagrada”, como llamaban el avión presidencial de la época, y fue a buscar refugio en la República Dominicana, bajo la protección del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo, el personaje de La fiesta del chivo.

Son innumerables las lecciones del 23 de enero, pero la más fundamental de todas fue la adhesión demostrada por los venezolanos a la libertad, la democracia pluralista y los derechos humanos. Aquella fue, en efecto, una jornada de unidad dentro de la pluralidad de diversos partidos, de civiles y militares, en fin de la sociedad en su conjunto.

Según se lee en los textos de historia, Pérez Jiménez malversó los recursos públicos; dio concesiones petroleras cuando eran innecesarias para recibir petrodólares y complacer a las grandes trasnacionales. Mantuvo una severa censura de prensa, exterminó a los partidos, controló todos los poderes del Estado, y se mantuvo a sangre y fuego en el poder hasta que sus abusos determinaron su caída. Pretendió perpetuarse como dictador vitalicio, alegando que “sólo él garantizaba el progreso y la estabilidad de la nación”. Alegando, como en los tiempos de Gómez, que los venezolanos no estaban en capacidad de gobernarse en libertad.

Repasar nuestra historia con espíritu crítico nos permitirá fortalecer nuestra decisión de profundizar la democracia sin mengua de la libertad, en la búsqueda infatigable de equidad e igualdad. Por estas razones debemos mirar al 23 de enero de 1958, en busca de inspiración y de espíritu unitario para sortear con éxito ciudadano las pruebas que nos presenta ahora la nación.

Ojalá que la celebración del 23 de enero de 2013 contribuya a la consolidación del espíritu de tolerancia y comprensión con que debemos actuar todos los ciudadanos en esta hora tan particularmente critica.


SIMON ALBERTO CONSALVI

1957 EL AÑO EN QUE LOS VENEZOLANOS PERDIMOS EL MIEDO





1957 EL AÑO EN QUE LOS VENEZOLANOS PERDIMOS EL MIEDO 


Era la época en que un llamado a la puerta, en medio de la noche, podía significar la muerte. Decenas de dirigentes políticos habían sido asesinados, centenares más intentaban sobrevivir en campos de concentración y aun miles sufrían las penas del exilio. Millones de venezolanos vivían bajo terror, mientras un solo hombre, Marcos Pérez Jiménez, decidía el destino de todo el país.


Pero en 1957, la sumatoria de una serie de liderazgos –políticos, religiosos, sindicales y estudiantiles– rescató la moral del país y creó las condiciones para que terminara una de las dictaduras más tenebrosas de Latinoamérica.


Existe un paralelismo entre esa fecha y los momentos que vive actualmente el país, sobre todo porque después de más de 50 años, también existen en el futuro amenazas similares como las de entonces.


Hay un gran paralelismo porque en 1957 estábamos amenazados con la dictadura de Pérez Jiménez,  violando la constitución como en efecto la violó, trataba de prolongarse en el tiempo, solamente la unidad verdadera, la acogencia de los partidos, de las grandes personalidades y de todos los sectores de la sociedad civil, de los sindicatos de los obreros, impidieron que la dictadura se prolongara.


El año  1957 ingreso a la historia como el gran año de la unidad, de gran claridad de las decisiones, de gran coraje  y gran lucidez.


¿QUÉ PASÓ EL 23 DE ENERO DE 1958?





¿Qué pasó el 23 de Enero de 1958?


La Junta Patriótica que luchaba en la clandestinidad contra Marcos Pérez Jiménez llamó a un paro de la prensa el 20 de enero, como punto de partida para el inicio de una huelga general el día 21 de enero y la sublevación de las fuerzas militares contra la dictadura. Desde el fracaso del levantamiento del coronel Hugo Trejo el 1 de enero, la crisis interna de la dictadura se hizo cada día más grave. El movimiento popular cobró fuerza, se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las Fuerzas Armadas y densos sectores sociales suscribieron manifiestos de denuncia contra el régimen. Cuando arrancó el paro, que se cumplió a cabalidad, en las calles se sucedían manifestaciones, mítines; y en varios lugares de Caracas se producían enfrentamientos con las fuerzas del Gobierno. En la noche del día 22, la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas se pronunciaron contra la dictadura y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo en las Fuerzas Armadas, huyó en la madrugada del 23 de enero, rumbo a Santo Domingo. 


 ¿El 23 de Enero fue una fecha al azar o ya estaba planificada?


Desde 1957 se venían produciendo las primeras manifestaciones que fueron debilitando el régimen pérezjimenista. El primer sacudón ocurrió cuando monseñor Rafael Arias Blanco leyó la famosa Carta Pastoral contra la dictadura, el 29 de abril de 1957. Más tarde, el 21 de noviembre, los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV)salieron a la calle y fueron reprimidos brutalmente por la Seguridad Nacional (SN). Otro movimiento que terminó por debilitar al régimen fue el alzamiento militar comandado por el coronel Hugo Trejo, el 1 de enero de 1958 que, aún cuando falló, terminó por fracturar a las Fuerzas Armadas. 


¿Cómo fue la rebelión militar del 1 de enero de 1958?


 El primero de enero de 1958 aviones F-86 sobrevolaban Caracas con la intención de bombardear Miraflores y la sede la Seguridad Nacional. Al mismo tiempo, en el cuartel Urdaneta de Catia se alzaron dos unidades blindadas, compuestas por tanques, que partieron hacia Maracay. Mientras, en la guarnición de esa ciudad, las tropas tomaron una emisora de la localidad. Al mando de la rebelión militar se encontraba el coronel Hugo Trejo.Pero una mala coordinación en las estrategias y la falta de comunicación entre las otras guarniciones llevó al fracaso de la insurgencia militar.


¿Cómo fue la dictadura?


 Tras participar en el derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos, el 24 de noviembre de 1948, Marcos Pérez Jiménez ocupó el Ministerio de Defensa y formó parte de la Junta Militar de Gobierno, junto a Carlos Delgado Chalbaud y Luis Llovera Páez. El 2 de diciembre de 1952 desconoció los resultados de las elecciones a una Asamblea Nacional Constituyente, que ganó el partido Unión Republicana Democrática (URD), liderado por Jóvito Villalba. Pérez Jiménez, actuando “en nombre de las Fuerzas Armadas”, asumió la presidencia dictatorialmente. Se trató de una dictadura militar, autoritaria y personalista que silenció a las fuerzas de la oposición, ilegalizó a Acción Democrática y al Partido Comunista, prohibió y mantuvo en una semi-legalidad a URD y a Copei; cerró Tribuna Popular del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y El País de Acción Democrática (AD), e impuso una rígida censura a la prensa, la radio y la televisión. Durante su mandato muchos opositores fueron perseguidos, torturados, empujados al exilio o encarcelados, sin cargo alguno, o sólo por sospecharse su oposición al Gobierno. 



Para ello se valió de la Seguridad Nacional, una fuerza de policía subordinada a Miraflores. El objetivo de Pérez Jiménez era permanecer en el poder mediante el plebiscito de 1957, lo que produjo la reacción de los partidos políticos y el descontento de las Fuerzas Armadas, que lo habían apoyado hasta entonces. 


¿Cuántos opositores murieron en manos de la SN?


El número exacto de fallecidos a manos del régimen se desconoce. Sin embargo, algunos nombres fueron representativos de la represión brutal de la dictadura: el abogado Leonardo Ruiz Pineda; Antonio Pinto Salinas; Castor Nieves Ríos; el médico Germán González; el abogado Alberto Carnevalli; el teniente León Droz Blanco, los capitanes del Ejercito, Wilfrido Omaña y Jesús Alberto Blanco; entre otros. José Matos Rojas, en su libro Pérez Jiménez y su brutalidad, señala que la cifra de presos políticos llegó a 3000 personas.



¿Qué era la Vaca Sagrada?


 Fue el primer avión presidencial adquirido por un gobierno venezolano. Un Douglas C-54 “Skymaster” que Pérez Jiménez usaba en sus viajes por el país y al exterior. El nombre le viene por las estrictas medidas de seguridad que se tomaron para su protección. Cuentan que los mismos pilotos debían dar un saludo militar al avión cuando pasaban por la rampa.


¿Qué era la Junta Patriótica?








La organización clandestina de lucha contra la dictadura. Para la fecha del derrocamiento de Pérez Jiménez estaba integrada por Silvestre Ortiz Bucaram (AD), Enrique Aristiguieta Gramcko (Copei), Guillermo García Ponce (PCV) y Fabricio Ojeda (URD), quien la dirigía nominalmente, porque el verdadero coordinador en la práctica era García Ponce, del PCV. 


¿Quién fue Fabricio Ojeda?


Un reportero de El Nacional y militante de URD. En la clandestinidad era conocido como “Roberto”. Al caer la dictadura fue electo diputado, pero renunció en 1962 para unirse a las guerrillas de la izquierda contra el gobierno de Rómulo Betancourt, conocidas como Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. Tras varios años de clandestinidad fue detenido por el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA) en cuyos calabozos, que quedaban en el Palacio Blanco, murió. El Gobierno presentó su deceso como suicidio. Para la izquierda, fue víctima de torturas y asesinato. 


Más tarde, durante las protestas de los años 60, al pasar frente a Miraflores, los manifestantes gritaban: “En ese quinto piso, mataron a Fabricio”. 




¿Quienes fueron los líderes estudiantiles contra la dictadura?


Germán Lairet, dirigente de la Juventud Comunista, y Américo Martín, de la juventud de AD, entre otros, fueron los fundadores del Frente Universitario en abril de 1957. Pero al poco tiempo, ambos fueron encarcelados y el Frente los sustituyó por Héctor Pérez Marcano y Héctor Rodríguez Bauza; este último tenía mayor experiencia, debido a su militancia en el PCV y por haber ocupado el cargo de secretario general de la Juventud Comunista-Caracas.




¿Por qué los líderes del movimiento de resistencia no estaban en Venezuela?


La persecución que ejercida contra sus opositores obligó que muchos de ellos se fueran del país. Los líderes Rómulo Betancourt (AD), Jóvito Villalba (URD) y a última hora, Rafael Caldera (Copei) se encontraban en Nueva York. Pero no todos los líderes y militantes de los partidos vivían en el extranjero: algunos estaban presos en los sótanos de la SN; otros, luchando desde la clandestinidad.




Fuente: Diario Tal Cual Enero 2011

INTELIGENCIA EMOCIONAL Y ÉXITO PROFESIONAL



No a todo el mundo se le hace fácil entender el valor e importancia que las competencias emocionales tienen en el ámbito personal y, muy especialmente, aquellas relativas a las habilidades de relación social. Sin embargo, es en las áreas profesionales donde más impactantes y trascendentes se están revelando los resultados de los estudios en torno a la inteligencia emocional.

Es un hecho incontrovertible que muchas personas que han tenido notables dificultades a la hora de abordar y superar con éxito las exigencias académicas de unos estudios formales, acaban triunfando después arrolladoramente en sus carreras profesionales, convirtiéndose en importantes hombres de negocios, creadores y artistas, inventores y toda suerte de profesionales liberales.

Así mismo todos conocemos personas con brillantes expedientes académicos, que una vez alcanzada la etapa profesional no han pasado de obtener resultados mediocres en sus carreras, e incluso en no pocas ocasiones han tenido rotundos fracasos, llegando incluso a veces a un grado de ineptitud total para ganarse la vida y vivir de modo independiente y autónomo.

A lo largo del pasado siglo XX, la media del CI (Cociente Intelectual) de la población de los países desarrollados aumentó 24 puntos, en tanto que el CE (Cociente Emocional) parece haber ido en continuo descenso.

En los últimos años, diferentes investigaciones han demostrado que la correlación entre el CI y el nivel de eficacia en el desempeño profesional no supera el 25 por ciento, y análisis más rigurosos y detallados revelan que dicha correlación no llega en muchos casos ni siquiera al 4 por ciento.

En carreras tales como las ingenierías, o en los programas MBA (Maestría en administración de negocios), donde la selección profesional se basa casi exclusivamente en el CI, la inteligencia emocional se ha mostrado mucho más relevante para determinar quién acabará triunfando profesionalmente.

En relación a un concepto tan en alza hoy como la «excelencia profesional», más de cuarenta estudios realizados en empresas de diversos campos ponen claramente de manifiesto que las aptitudes emocionales representan el doble de importancia que las habilidades técnicas o intelectuales, habiéndose llegado a establecer que en el rango de la alta dirección empresarial hasta el 90 por ciento del éxito depende direc­tamente de la inteligencia emocional.

Por el contrario, en la inmensa mayoría de los directivos que fracasan, o de aquellos que no logran alcanzar puestos de responsabilidad, se suelen dar características y circunstancias tales como la falta de relaciones personales con su entorno, rigidez y falta de autocontrol emocional y de comportamientos; en definitiva, una inteligencia emo­cional escasa o nula.

 
Ejemplo de competencias emocionales profesionales


• Planificar con estrategias bien definidas; técnicas de autocontrol emocional y de comportamientos,

 
• Adquirir el autocontrol y autodisciplina necesarios para planificar, es decir, para pensar antes de actuar.

 
• Establecer relaciones de proximidad y confianza: técnicas de comunicación interpersonal (elementos de comunicación verbal y no verbal, empatía, escucha activa, retroinformación, crea­ción de un clima de confianza, técnicas para convencer).

 
• Orientarnos hacia las relaciones personales.

 
• Causar buena impresión.

 
• Buscar y descubrir intereses personales comunes.

 
• Entender e interpretar adecuadamente estilos individuales de comportamiento.

 
• Actuar de acuerdo a un estricto código ético.

 
• Aprovechar cada interacción para construir canales de comunicación con los equipos de trabajo.

 
• Demostrar habilidades como consultor eficaz y para ser percibido como tal.

 
• Ser competente y demostrarlo, de modo que se pueda confiar en nosotros.

 
• Adquirir y desarrollar recursos técnicos para influir con eficacia: asertividad (determinación de objetivos, elementos verbales y no verbales del comportamiento asertivo, técnicas asertivas).

 
• Superar las objeciones del equipo.

 
• Aprender y desarrollar habilidades de autogestión técnica y emocional.

 
• Establecimiento y consecución de metas.

 
• Gestión del tiempo y la energía.
• Delegación.

 
• Auto-control emocional:
— Frente al rechazo.
— Planificación y realización de actividades gratificantes.
— Técnicas de relajación y respiración.
— Asertividad. Mantener una actitud abierta hacia el aprendizaje y el cambio.

 
• Asumir la realidad del cambio permanente como la esencia de la «era de la información», y la adquisición de estrategias de adaptación al mismo, como objetivo fundamental de des­arrollo personal y profesional.

 
• Percepción del aprendizaje como elemento de mejora con­tinua y fuente de gratificación.

 
• Meta-aprendizaje: métodos y técnicas de aprendizaje: apren­der a aprender.

 
• Herramientas para aprender con eficiencia.

  
Inteligencia emocional y oportunidad profesional

Al hilo del boom mediático en torno a la inteligencia emocional, una auténtica pléyade de profesionales provenientes no sólo del mundo de la psicología (ámbito natural de las competencias emocionales), sino de los más variopintos rincones académicos y empresariales, ha hecho su aparición en la arena pública ofertando todo tipo de cursos, seminarios, intervenciones de coaching para directivos y ejecutivos de empresa..., con los que implícitamente se promete cubrir las carencias de la gente en materia de competencias emocionales.

De este modo, el terreno de las emociones en que se asienta el concepto ha pasado a convertirse en tópico general del que todo el mundo sabe, opina y hasta pontifica con aparente conocimiento de causa, como, por otra parte, ocurre con toda suerte de disciplinas, desde el diagnóstico médico y la prescripción farmacológica de andar por casa, hasta las estrategias futbolísticas que debería seguir tal o cual equipo o entre­nador para triunfar en los terrenos de juego.

De cualquier manera, la aparición de la inteligencia emocional en escena parece haber actuado como espoleta del inicio de un renovado y creciente interés hacia todos los temas relacionados con la psicología, la autoayuda, y el desarrollo y crecimiento personales. El interés del público en general es tan alto, que, masivamente, se ha lanzado al consumo de literatura al respecto, y está llenando los aforos de los cur­sos y seminarios de inteligencia emocional y, en muchos casos, de las consultas psicológicas.

Recuerda

La inteligencia emocional es una habilidad compleja, necesaria para gestionar adecuadamente las emociones.

La inteligencia emocional está constituida por un conjunto de competencias que todos podemos aprender y adquirir en mayor o menor medida. Dichas com­petencias son las siguientes:

• Competencia personales.
• Conciencia de uno mismo.
• Autorregulación.
• Motivación.
• Competencias sociales.
• Empatía.
• Habilidades sociales.

La inteligencia emocional se ha demostrado esencial en todos los ámbitos de la existencia de los individuos, tanto el más próximo y personal, como el relativo a la esfera profesional.

 
Precisamente en el área profesional, cada vez es más patente la importancia radical de la inteligencia emocional, llegando a considerarse hoy día como un factor mucho más determinante del éxito, que el Cociente Intelectual o inteligencia dura.

 

@gantillano

LA VERDAD








“Solamente la libertad que se somete a la Verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la Verdad y en realizar la Verdad”
Juan Pablo II



Si, de pronto, alguien nos preguntara: “¿Qué es lo real?”, primero nos sentiríamos un tanto perplejos; después, le mostraríamos con total seguridad lo que tuviéramos a mano a modo de contestación. 

Pero la pregunta va más allá de nuestra visión natural, es una pregunta que requiere algún sentido perceptivo más de los cinco que siempre hemos considerado.

La realidad debe ser algo que subyace y da sentido a lo real. Está debajo de las cosas, siendo ellas, pero sin reducirse a ellas. La realidad aparente se nos aparece primeramente como lo más próximo a nosotros. Lo que esta lejano se hace real cuando se acerca y se convierte, de alguna manera, en cotidiano. Quizá sea ésta la primera experiencia que tenemos de la realidad como las cosas que nos rodean. Un numerosísimo grupo de personas creen hasta el final de sus días que esa es la única realidad.

Hay un segundo momento en el que captamos a los otros como presencias en persona. Sucede así cuando el otro se desliza en mi mundo y me mira: ¿Qué es ese objeto inquietante en virtud del cual yo cobro otra dimensión diferente ante mí mismo, de tal manera que “me veo porque me ve”?” (Sartre)

¿Cuál es la razón por la que los seres humanos nos hacemos este tipo de preguntas sobre la realidad? ¿No es suficiente con lo que se llama la visión natural del mundo? ¿La realidad es algo en sí misma o sólo nuestra percepción?

Puede que todo provenga de la interna búsqueda de la verdad.

Pero, no hay un sendero hacia la verdad, ella debe llegar a uno. No hay dos verdades. La verdad no es del pasado ni del presente, es intemporal; y el hombre que se acoge a cualquier doctrina y cita la verdad de Buda, de Mahoma, o de Cristo, o aquel que comulga y se identifica sin una búsqueda interior propia, no encontrará la verdad.

La repetición es una mentira.

El ser humano no puede acercarse a la verdad a través de ninguna organización, ningún credo, sacerdote, o ritual, ni a través de alguna técnica filosófica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, de la observación, y no a través del análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido en sí mismo imágenes (religiosas, políticas, personales) como una valla de seguridad. Estas se manifiestan como símbolos, ideas, creencias. La carga de estas imágenes domina el pensamiento del hombre, sus relaciones y su vida diaria. Estas imágenes son la causa de nuestros problemas pues dividen a los seres humanos.

La verdad no puede ser acumulada. Lo que se acumula es siempre destruido; se marchita. La verdad no puede marchitarse jamás, porque sólo podemos dar con ella de instante en instante, en cada pensamiento, en cada relación, en cada palabra, en cada gesto, en una sonrisa, en las lágrimas. La verdad no tiene morada fija, la verdad no es continua, no tiene lugar permanente. Es siempre nueva; por lo tanto es intemporal. Lo que fue verdad ayer no es verdad hoy, lo que es verdad hoy no será verdad mañana. La verdad está en enfrentarse de un modo nuevo a la vida.

¿Puede la verdad ser hallada en un medio particular, en un clima especial, entre determinadas personas? ¿Está aquí y no allá? ¿Es tal persona la que nos guía hacia la verdad, y no otra? ¿Existe, acaso, guía alguno? Cuando la verdad es buscada, lo que encontramos sólo puede provenir de la ignorancia, porque la búsqueda misma nace de la ignorancia.

Conoce la verdad sólo aquel que no busca, que no lucha, que no trata de obtener un resultado. No se puede buscar una verdad absoluta, ya que la verdad no tiene continuidad.  Uno no puede buscar la realidad, “uno” debe cesar para que la realidad suceda.


@gantillano