FRACASO
Cuanto he tomado por victoria es sólo humo.
Fracaso, lenguaje del fondo, pista de otro espacio más
exigente, difícil de entreleer es tu letra.
Cuando ponías tu marca en mi frente, jamás pensé en el mensaje
que traías,
más precioso que todos los triunfos.
Tu llameante rostro me ha perseguido y yo no supe que era
para salvarme.
Por mi bien me has relegado a los rincones, me negaste
fáciles éxitos, me has quitado salidas.
Era a mí a quien querías defender no otorgándome brillo.
De puro amor por mí has manejado el vacío que tantas noches
me ha hecho hablar afiebrado a una ausente.
Por protegerme cediste el paso a otros, has hecho que una
mujer prefiera a alguien más resuelto,
me desplazaste de oficios suicidas.
Tú siempre has venido al quite.
Sí, tu cuerpo, escupido, odioso, me ha recibido en mi más
pura forma para entregarme
a la nitidez del desierto.
Por locura te maldije, te he maltratado, blasfemé contra ti.
Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja
áspera, lanzándome a mi verdadero campo de
batalla, cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel,
mantenerme a la fuerza en un escalón,
trepar con esfuerzos propios, reñir por jerarquías, inflarme
hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has
dejado ser. Por no darme otra vida.
Por haberme ceñido.
Me has brindado sólo desnudez.
Cierto que me enseñaste con dureza ¡y tú mismo traías el
cauterio!, pero también
me diste la alegría de no temerte.
Gracias por quitarme espesor a cambio de una letra gruesa.
Gracias a ti que me has privado de hinchazones.
Gracias por la riqueza a que me has obligado.
Gracias por construir con barro mi morada.
Gracias por apartarme.
Gracias.
DERROTA
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que
mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más
aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo que creí
que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue
una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni
triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no
hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
que poco me ha faltado para echar a correr por la calle
que he perdido un centro que nunca tuve
que me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en
el limbo
que no encontraré nunca quién me soporte
que fui preterido en aras de personas más miserables que yo
que seguiré toda la vida así y que el año entrante seré
muchas veces más burlado en mi ridícula ambición
que estoy cansado de recibir consejos de otros más
aletargados que yo («Ud. es muy quedado, avíspese, despierte»)
que nunca podré viajar a la India
que he recibido favores sin dar nada en cambio
que ando por la ciudad de un lado a otro como una pluma
que me dejo llevar por los otros
que no tengo personalidad ni quiero tenerla
que todo el día tapo mi rebelión
que no me he ido a las guerrillas
que no he hecho nada por mi pueblo
que no soy de las FALN y me desespero por todas estas cosas
y por otras cuya enumeración sería interminable
que no puedo salir de mi prisión
que he sido dado de baja en todas partes por inútil
que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener
un día sereno
que me niego a reconocer los hechos
que siempre babeo sobre mi historia
que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento
que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no
he podido encontrarlo
que no lloro cuando siento deseos de hacerlo
que llego tarde a todo
que he sido arruinado por tantas marchas y contramarchas
que ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecable
que no soy lo que soy ni lo que no soy
que a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a
ciertas horas haya sido humilde hasta igualarme a las piedras
que he vivido quince años en el mismo círculo
que me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada
he logrado
que nunca usaré corbata
que no encuentro mi cuerpo
que he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido
derribarme, barrer todo y crear de mi indolencia, mi
flotación, mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente
me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir
burlándome de los otros y de mí hasta el día del juicio final.
RAFAEL CADENAS
Rafael Cadenas es uno de los más lúcidos poetas y ensayistas
venezolano. Nace en Barquisimeto un día de abril de 1930. Desde muy joven se
inclinó por la literatura y acogió tempranamente el riesgo político. Por su
militancia comunista se exilió en Trinidad
y sólo regresó a Caracas en 1957.
Trabajó como profesor de literatura inglesa y española. Ha
viajado además por diferentes países de América y Europa y ha traducido a Lawrence, Nijinski, Whitman,
Cavafy y otros.
De sus libros de poesía y ensayo, merecen destacarse
"Los cuadernos del destierro" en 1960, "Falsas maniobras"
en 1966,"Memorial" en 1977, "Intemperie" en 1977,
"Anotaciones" en 1983, "Amante" en 1983, "Dichos"
en 1992, "Gestiones" en 1992 y "Apuntes sobre San Juan de la
Cruz y la mística" en 1995.
Recibió la beca Guggenheim en 1986 y el doctorado Honoris
Causa de la Universidad Central de Venezuela.
Su obra ha sido galardonada con premios importantes entre
los que se cuentan el Premio Nacional de Ensayo en 1984, el Premio Nacional de
Literatura en 1985, y el Premio San Juan
de la Cruz en 1991.
Dueño de un lenguaje mágico y depurado, su obra lo sitúa
como uno de los grandes exponentes de la poesía modernista hispanoamericana.
Hermosos poemas
ResponderEliminartengo el orgullo de ser su alumnna.
ResponderEliminar