La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un
tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para
la conversión del corazón.
Antiguamente, los judíos acostumbraban a cubrirse de ceniza
cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como
signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que
querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían
ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un
"hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido
penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma
acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas
usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue
signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a
los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con
sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda
que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.
Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el
bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al
final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y
por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una
actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios.
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida
en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el
Cielo.
Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:
"Recuerda
que polvo eres y en polvo te convertirás"
"Conviérte
y cree en el Evangelio"
Carl Spitzweg: Miércoles de Ceniza (1855-60)
El Espíritu del Carnaval se nos muestra confinado en un calabozo, meditando sobre las locuras cometidas en las últimas jornadas y calculando ese larguísimo año que le queda de cautiverio. El cuadro evoca entierros de la sardinas, canciones dolientes sobre el fin de carnaval y, poderosamente, capítulos y capítulos de la «Rama Dorada»de James George Frazer.
Miércoles de Ceniza («Aschermittwoch») es un óleo sobre lienzo que mide tan solo 21 x 14 cm. Se exhibe en la Staatsgalerie (Galería Nacional) de Stuttgart (Baden-Württemberg, Alemania).
No hay comentarios:
Publicar un comentario