jueves, 17 de julio de 2014
NO ME LAMENTO, NO LLAMO, NO LLORO....
No me lamento, no llamo, no lloro...
No me lamento, no llamo, no lloro,
todo pasará como humo de manzanos blancos.
Preso del oro del marchitamiento,
Ya jamás seré joven.
Ahora ya no vas a batir
corazón, tocado por un frío.
Y el país de percal de los abedules
no me invitará para vagar descalzo.
Ánimo de vagabundo, ya muy raramente
avivarás la llama de los labios.
Oh, mi perdida frescura,
alboroto de los ojos, inundación de los sentidos.
Ahora soy más avaro en deseos,
¿Vida mía? ¿O acaso me has soñado?
Como si en resonante madrugada de abril
hubiera galopado sobre un caballo rosa.
Todos, todos en este mundo somos perecederos,
sin ruido se derrama el cobre de los arces...
Que sea bendito eternamente
todo lo que llegó para florecer y morir.
Sergei Esenin 1922
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