sábado, 29 de julio de 2017

JUEGO ENTRE IDIOTAS





No puede existir un diálogo inteligente cuando quien propone el diálogo parte de ideas fijas que asume como verdaderas e irrefutables, quien dice hablar con la verdad descalifica a priori cualquier postura divergente, entonces el diálogo, la apertura ante una pluralidad de ideas, de conjeturas, de refutaciones, ensayo y error, se vuelve un juego entre idiotas, que presumen disfrutar un monopolio sobre la verdad.

Quien desestima la confrontación de ideas, el mero acto de no estar de acuerdo, son loa reales enemigos de la razón, aquellos que suponen tener un acceso privilegiado a la verdad, no tolera que otros disientan, que se manifiesten en contra, sin un diálogo abierto, no hay posibilidad de tolerar diferencias, por consiguiente, no hay oportunidad de cultivar una cultura de libertad.

La libertad de elegir, por el contrario, implica la agonía de nunca saber si tenemos toda la razón sobre todos los aspectos de la sociedad. La 
función de una conversación civilizada es usar la
 dialéctica—conversar, en forma abierta, con el fin de ir puliendo ideas, de aprovechar la curva de aprendizaje de un proceso de ensayo y error, de progresar vía una evolución de intercambios intelectuales.

En una sociedad abierta, reconocemos que la vida está llena de incertidumbres, complejidades y paradojas. No es reducible a una formula preconcebida, a un plan alternativo, a un proyecto total. En esta circunstancia, la humildad ante el conocimiento es un ingrediente capital para fomentar la libertad y la civilidad entre los seres de una sociedad.

Quienes creemos en la libertad debemos defender el concepto plural de conversación, una multiplicidad de voces donde no existe una voz que predomine sobre otras. El propósito es mantener el diálogo vivo, es mantener la conversación abierta, que no lleguen los tiranos, los demagogos, los idiotas, o los que presumen hablar con la verdad, y cierren esta apertura de ideas. Para estos, y otros de su especie, un argumento se gana con la expropiación de ideas, con la guillotina, con la fuerza brutal de una supuesta autoridad.

Una sociedad abierta celebra las discusiones, racionales o despistadas, pero exige que se pueda llevar a cabo un argumento, un esfuerzo por cambiar las opiniones de otros, en un espacio de intercambio lógico de razones. Quien apela a la descalificación solo refleja su debilidad e intolerancia, igual quién se escuda detrás de una supuesta superioridad intelectual o moral para hablar de la verdad, en realidad esconde sus limitaciones.

Una cosa es criticar, otra descalificar; una cosa es el diálogo, otra cosa son los idiotas que presumen hablar desde la verdad.


@gantillano





jueves, 27 de julio de 2017

¿Y DESPUÉS DEL CHAVISMO QUÉ?





En el epitafio del chavismo podríamos poner: sus ideas de rebelión no eran finalmente sino cadenas, y su tentativa de liberación una forma de esclavitud. Porque uno de los fundamentos del cambio que necesitamos hoy es la eliminación de la agresividad patológica. Entre otras cosas, el cambio que buscamos es para evitar el Estado Policial. Todo permanecería pervertido si no extirpamos la raíz, porque el cambio no es únicamente un desplazamiento político sino la mutación de los fines para los cuales se gobierna, como una nueva opción en los objetos del amor, el odio y el respeto. La libertad no está en la punta de un fusil, aunque las bayonetas amenacen a Venezuela.

Junto a la evolución tecnológica debemos desarrollar nuestra conciencia ecológica, es necesario un retorno a lo natural. El cambio por la preservación de las riquezas y beneficios del planeta suscita la necesidad de creer en la bondad del prójimo y en las de uno mismo, y de probarlo, entendiendo que nuestras acciones entran en interacción con nosotros mismos, con los otros con el midió ambiente y con la sociedad en general, produciendo resultados contrarios o muy diferentes a la intención o intenciones iniciales con las cuales se puso en juego la acción inicial. Debemos variar de la cultura individualista hacia las culturas colectivas y globales. También en la ecología hallamos la energía indispensable para ciertas batallas. No todas las omnipotencias se rebajan por vía del poder de la política. No debemos seguir el ejemplo del chavismo, quienes queriendo generar un cambio en la sociedad, han terminado pervirtiendo todas las condiciones para la convivencia armónica y pacífica.

Nuestros alertas deben fundamentarse en la educación, la investigación científica y técnica, y la emoción colectiva. Tanto en la naturaleza como en las ciudades hay sofoques y basura; no se trata sólo de sufrir su influencia, sino alzarse contra tan triste estado ambiental, que atrofia la calidad de la vida. Lo que pertenece a todos no puede dejarse a un lado, requiere una eclosión de consciencia, un cambio hacia las relaciones intrasociales, la co-propiedad, la co-gestión, la co-decisión, la co-dependencia, la co-responsabilidad. Se trata de una temática que no es “desmovilizadora” ni “mistificante” sino envolvente para todos; es una lucha de contracultura que nada tiene de marginal, es una galaxia de cambios similar a los valores de la igualdad,  a la lucha contra los vínculos totalitarios que reposan en la jerarquización por la fuerza y la arbitrariedad. ”La sociedad no transforman a los hombres, los hombres trasforman a la sociedad"

Debemos salir de la cultura directiva hacia la cultura de la productividad, hacia una participación suficiente de los interesados, sin condiciones que permitan el abuso. Todas las variables de la igualdad pasan por la reivindicación de la mayor libertad, sin censura, en repudio de los vínculos totalitarios, donde sobrevive la desidia. Este es el corte del cambio y pasa por los cambios de sensibilidades, conductas, hábitos, pensamientos y actos. Lo normal es que el cambio político se produzca en la cima, menos que en la sociedad, para que resulte perdurable. La sociedad no transforma a los hombres, los hombres trasforman a la sociedad.

La fuerza del cambio existe, ya comienza la confrontación cara a cara. Y decimos crisis. El cambio se sitúa en el punto de convergencia de líneas inconclusas, imprecisas y de difícil clasificación. La vanguardia del cambio, hoy, no está sólo en las élites, partidos políticos, ni en la clase trabajadora; está en la vida moral, intelectual, comunitaria, política, cuyos creadores alimentan la llama y que en algunos casos viven en los intersticios de la sociedad.

La involución del chavismo agrava nuestras dificultades internas, destruye los medios para hacer las reivindicaciones, provocan la descomposición, disgregan. El desastre en ciernes no amerita un deslizamiento a la derecha ni a cualquier autoritarismo político. Las perspectivas de cambio definen los límites de la contestación. O puede haber un cambio fundamentado en la negación de la realidad. Debe quedarse en manos del chavismo el narcisismo, la autoadmiración, los complejos y la ignorancia que los caracteriza.

El estado narcisista se caracteriza por quererlo todo de un golpe, y como no obtiene satisfacción recurre a la alucinación del deseo; el poder excluye la acción progresiva, ignora la realidad y se vuelve incompatibilidad, contradicciones bajas; la idea de elección les resulta intolerable. Así se hace un “gobierno contestatario” de sí mismo, excluyendo las soluciones correctas, subordinándose a decadencias, próximas y lejanas. Y cualquier discusión técnica, cualquier reserva acerca de un detalle, incluso de quienes están de su lado, son rechazados y vistos como un acto de hostilidad.

Pero la discusión técnica es nuestro llamado a la realidad, justamente lo que no puede tolerar aquél para quien no existe sino la gratificación súbita, quien no puede soportar ni los insoportables regateos ni las impiadosas acciones de cambio. Todo cuanto contradiga la omnipotencia mágica de las palabras es vivido como la repetición de la herida narcisista original experimentada por el niño cuando descubre su dependencia del ambiente que lo rodea. En el universo de todo o nada, la redención está en la acción. El redentor puede ser el “pobre”, a quien el chavismo necesita en sufrimiento, como víctima a socorrer. De ahí su tendencia a negar y reintegrar al proletario su papel de víctima.

Ningún cambio puede surgir de la pretensión de encarnar el Bien absoluto contra el Mal absoluto. Ni irracionalidad ni intolerancia. Dejemos que el chavismo nos invente otra película de vaqueros, quizás con un toque de “marxismo zen” o “marxismo pop”; ya cuentan con  trapecistas financieros, narco malabaristas y el gordo payasón, entre otros especímenes del circo, que se entienden de maravillas vistiendo ropitas rojas para las tristezas del poder...


@gantillano



COMUNISMO FRACASADO






Ni los más radicales bolcheviques tenían una mínima idea de cómo hacer funcionar el conjunto de teorías marxistas.

Es aún usual escuchar declaracioanes de políticos, como Diosdado Cabello, que afirman que solo los izquierdistas, comunistas o socialistas plantean la profundización de la democracia para hacerla participativa, directa y comunitaria. Incluso apoyan a grupos terroristas como las FARC, por “absolutizar” la violencia y usar el asesinato, el terrorismo y la masacre, ellos consideran la violencia como una circunstancia que puede darse independientemente de los actores políticos y del sistema. Así, concluye Cabello, seguimos siendo una opción para llegar al poder. 

Lenin, líder indiscutido de la revolución rusa, trataba igualmente de explicar su inesperada llegada y permanencia en el poder después de la exitosa revolución de 1917, organizada milimétricamente por otro pilar del comunismo, Leo Dawidowitsch Bronstein, más conocido como Trotsky. Y es que, como el mismísimo Lenin reconociera en escritos dados a conocer después del derrumbe de la Unión Soviética, ni los más radicales bolcheviques tenían una mínima idea de cómo hacer funcionar el conjunto de teorías marxistas y, mucho menos, que fuera posible darle vida a estas en un escenario real en tan corto tiempo. 

Pocos imaginarían, entonces, que el inesperado éxito y permanencia en el poder –por más de siete décadas– de un sistema iniciado por este improvisado grupo de revolucionarios fueron la génesis del peor descalabro mundial jamás sufrido por un pueblo en su historia, peor inclusive que el genocidio nazi. 

Comenzando con el desprecio con el que Stalin trató al ya moribundo Lenin en 1924, y siguiendo con los años del terror stalinista reflejados en la muerte de 14 millones de personas en los temidos Glawnoje Upralenije Lagerej (Gulags), la única forma con que se pudo garantizar la permanencia de un sistema económico tan ineficiente y comprobadamente fracasado fue a través de la férrea dictadura impuesta hasta el final por dirigentes que se embalsamaron por 70 años en sus propias mentiras para no ver lo que pasaba alrededor suyo. Los grandes logros de la utópica planificación central estatal de la economía fueron una esperanza de vida de 60 años, ingresos promedio de 177 rublos al mes (unos 100 euros de hoy que se iban al 50% en comprar alimentos), 9 metros cuadrados de vivienda por habitante, entre otros índices de (in)eficiencia conocidos públicamente. 

Se ha calculado estadísticamente que cada ciudadano ruso tenía que hacer 550 horas de cola al año (37,000 millones de horas/hombre) para conseguir lo que necesitaba; no había cepillos de dientes, focos, baterías, despertadores ni píldoras anticonceptivas. En la actualidad muchos rusos detestan pensar en el pasado, incluso muchos extrangeros que han hecho comentarios a favor del comunismo en Rusia, han sido apaleados por iracundos transeuntes. 

Claro que no todo era malo; Leonid Breschnew, secretario general del partido comunista desde el año 1964 y gran aficionado al automovilismo, llegó a tener hasta 80 autos de lujo, entre ellos varios Rolls Royce. No sorprende entonces que cuando, en 1985, Gorbachov llega al poder, ya no puede detener la presión generada por tanta mediocridad y la gran Unión Soviética se cayó a pedazos sin que nada ni nadie pudiera hacer algo al respecto. 

A esa izquierda que increíblemente aún cree en utopías habría que recomendarle leer Rebelión en la granja, de George Orwell. 

@gantillano





TARTUFOS REVOLUCIONARIOS







A propósito de algunos hechos recientes, en los que un grupo de “compañeros” (alacranes y víboras), en un acto vil de traición, motivado por la envidia y avaricia buscando perjudicar el desempeño de brillantes profesionales para ocultar la mediocridad e ineficiencia de  su trabajo; me permito la licencia  literaria de agregar y asimilar estos reptiles a la categoría de "Tartufos". 

"TARTUFO" sinónimo de hipocresía y falsedad. Deviene de la obra clásica de Moliére, (año 1.667); la obra intenta reflejar la hipocresía de las personas muy devotas -(leales, revolucionarias)- en público, pero muy poco en privado. Moliére intenta avisarnos de que las apariencias engañan y nos propone el ejemplo de la ceguera de Orgón.  Toda la familia ve quién es en realidad Tartufo, pero Orgón no es capaz de abrir los ojos hasta que se lo muestran con hechos. 

Uno de los temas principales es también el de la amistad traicionada. Orgón es bondadoso y confiado, aunque excesivamente ingenuo, mientras que Tartufo se caracteriza por el engaño y la traición.  El recurso principal de estos nuevos Tartufos es la trampa y  en ocasiones el ingenio, el cual utilizan solo en su favor. Son grandes manipuladores y explotan su aparente devoción a las nobles causas. 

Pero no. Pareciera que desde sus cuevas y subterfugios, enmascarados sibilinamente de funcionarios comprometidos pretenden en estos momentos de confusión institucional, de inexistencia de una Dirección responsable y verdaderamente comprometida con una trasformación sustancial, posicionarse frente a la “autoridad” a objeto de usufructuar de un “poder relativo” en beneficio personal o de un pequeño sequito de aduladores.

La posición crítica que algunos hemos asumido contra el irrespeto a los trabajadores  y frente a una gestión mediática aparentemente exitosa, pero en la realidad operativamente desastrosa, está provocando  una tormenta  con vientos huracanados, portadores de cambios, que en medio de la frialdad que el  miedo produce, han puesto en evidencia a estos "alacranes y víboras”, que convertidos   en TARTUFOS  pululan en los rincones donde han permanecido mimetizados por largo tiempo.

No  nos extrañemos pues, si  los  torrenciales aguaceros que están por desatarse, harán emerger  decenas de tartufos en busca  del abrigo  de sus compañeros traicionados, trasmutados entonces en dóciles princesitas engañadas por la malvada bruja de oriente.

@gantillano



PORQUÉ DEBEMOS OPONERNOS






LOS VENEZOLANOS ESTAMOS EN LA OBLIGACIÓN MORAL Y CONSTITUCIONAL DE OPONERNOS A LA REALIZACCION DE CUALQUIER PROCESO FRAUDULENTO QUE PRETENDA CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA 












NO PARTÍCIPES EN EL FRAUDE CONSTITUYENTE





Haciendo un breve repaso por la  Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se puede observar que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente realizada por el régimen de Nicolás Maduro ha violado por lo menos seis artículos de esta Constitución, o por lo menos los ha manipulado fraudulentamente para utilizarlos a su favor.




SE DESCONOCE LA SOBERANÍA DEL PUEBLO AL NO CONSULTARSELE SU DESEO DE FORMULAR UNA NUEVA CONSTITUCIÓN.





EL PODER PÚBLICO VIOLA LA CONSTITUCIÓN AL NO CONSIDERARLA COMO NORMA SUPREMA. EL EJECUTIVO, EL PODER MORAL, EL PODER JUDICIAL Y EL PODER MORAL, HAN TOMADO DESICIONES QUE VIOLAN LOS PRECEPTOS CONSTITUCIONALES.





LAS BASES COMICIALES PROPUESTAS POR EL EJECUTIVO Y APROBADAS POR EL CNE VIOLAN EL DERECHO AL SUFRAGIO UNIVERSAL Y DIRECTO AL NO RESPETAR EL DERECHO AL VOTO MEDIANTE VOTACIONES LIBRES, SECRETAS Y UNIVERSALES.




EL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL Y EL EJECUTIVO, HAN CONDICIONADO LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA MÁS ALLÁ DE LO CONTEMPLADO EN LA PRESENTE CONSTITUCIÓN. LOS CANDIDATOS PROPUESTOS NO REPRESENTAN A TODA LA CIUDADANÍA.




LA CONSTITUCIÓN LE OTORGA LA FACULTAD AL PUEBLO Y NO AL PRESIDENTE DE CONVOCAR UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE LO CUAL NO FUE CONSIDERADO EN ESTE PROCESO.

EL PUEBLO VENEZOLANO HA RECHAZADO MAYORITARIAMENTE LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, NO CONSIDERA NECESARIO LA REDACCIÓN DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. ADICIONALMENTE LAS BASES COMICIALES NO CONTEMPLAN LA REALIZACIÓN DE UN REFERÉNDUM APROBATORIO, NI ESTABLECEN EL TIEMPO DE DURACIÓN PARA LA FORMULACIÓN DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. 





EL PRESIDENTE ES UN FUNCIONARIO PÚBLICO ELECTO, NO ES EL DEPOSITARIO DE LA SOBERANIA POPULAR, PUEDE TENER LA INICIATIVA DE PROMOVER UNA CONSTITUYENTE ANTE EL SOBERANO, QUIEN ES EL UNICO QUE PUEDE CONVOCAR AL PODER CONSTITUYENTE. (Ver también Preámbulo de la CRBV y competencias del presidente en la Ley Orgánica de la Administración Pública)





EL PRESIDENTE, NI NINGÚN PODER PÚBLICO PUEDE OBJETAR NI MODIFICAR LA CONSTITUCIÓN, SOLO EL PODER CONSTITUYENTE, CONVOCADO Y ELECTO POR EL SOBERANO PUEDE HACERLO.



SANTIAGO DE LEÓN DE CARACAS






Hoy  conmemoramos otro año de la fundación de nuestra querida y sufrida ciudad. Cuenta la historia que un 25 de Julio de 1567, el conquistador español, Diego De Lozada fundó la Ciudad de Santiago de León de Caracas- 450 años después de aquel acontecimiento… aquí estamos.







Antecedentes de la Fundación de Caracas


Los españoles descubrieron las costas venezolanas en el siglo XV, durante el año1498 y comenzaron con su colonización en estas regiones. Pero no fue sino hasta el siglo XVI, en 1558, que se aventuraron a expandir su colonización a otras áreas, haciéndose el primer intento en lo que hoy es conocido como la ciudad de Caracas.

Antes de la llegada de los españoles, el territorio donde hoy se encuentra la ciudad estaba habitado por indígenas de la etnias Arawak y Kariña. Estos al igual que otros aborígenes de Venezuela eran defensores de su libertad, de sus tradiciones y de sus costumbres familiares.

El nombre Caracas proviene de la tribu que habitaba uno de los valles costeros contiguos a la actual ciudad por el norte, el Valle de Los Caracas, topónimo aún vigente, que por ser indios conocidos y tratados por los españoles asentados en la isla perlífera de Cubagua en sus expediciones esclavistas a esas costas entre 1528 y 1540, se hizo palabra usual entre estos españoles del oriente del país como topónimo de referencia para toda la zona y con ello se generalizó el nombre a las tierras del área de Caracas.

 Los antecedentes de la fundación de Caracas se originan en el hato ganadero de San Francisco, que en 1560 estableciera el mestizo Francisco Fajardo (Hijo de Francisco de Fajardo, Teniente de Gobernador de Margarita, y de la cacica guaiquerí Isabel, nieta del cacique Charayma de la costa de Maya) en la provincia de Caracas. Dicha fundación se hizo a partir de otra población previa fundada en la costa de Caracas por el mismo Fajardo, y como consecuencia de sus intentos de poblar el valle de los Toromaimas o de San Francisco, para apoyar y defender la explotación de minas de oro descubiertas el año previo en el área cercana de Los Teques, donde habitaba el indómito cacique Guaicaipuro de estos indios Teques. Fajardo partió dos veces, en 1555 y 1558, desde Margarita, su isla natal, para fundar ciudades en Tierra Firme, usando su familiaridad y amistad con los indios que poblaban las costas nor-orientales y nor-centrales de Venezuela, y aprovechando la ventaja de dominar la lengua de los indios Caracas, sus parientes de la costa.

Cuando Juan Rodríguez Suárez llegaba al hato de San Francisco, la comarca estaba en guerra contra los invasores españoles, y a diario era atacado el hato con las consiguientes pérdidas de personas y animales. Con el objeto de fortalecer aquella instalación y utilizarla como base estratégica para la futura conquista del territorio, Rodríguez Suárez la convierte en Villa de San Francisco, nombra alcalde y regidores, y reparte tierras entre los soldados.

Dicha fundación de San Francisco no sobrevivió al ataque de los indios de las etnias Teques, Mariches, Toromaimas y otros de la provincia, confederados por el legendario cacique Guaicaipuro, que poblaban los valles centrales montañosos y costeros, quienes la queman a mediados de octubre de 1561. Por esto, Diego de Losada, conquistador español , siguiendo una Real Cédula emitida en 1563 (a raíz del despoblamiento de San Francisco) que ordenaba su reedificación, puebla el lugar en 1567, con el nombre de Santiago de León de Caracas.

La ciudad experimentaría un gran crecimiento dando oportunidades y riquezas convirtiéndose 10 años después de su fundación en cabeza de la provincia, ya que debido al clima y a su efectiva defensa montañosa contra corsarios y piratas, el gobernador Juan de Pimentel la hace su residencia, cuando llega a Venezuela desembarcando en Caraballeda, ciudad vecina en la costa, en 1576. Dicha residencia en Santiago de León implicó en la práctica el tercer cambio de la capital administrativa de la provincia de Venezuela, de Coro en la costa occidental del país (ciudad fundada en 1527) a El Tocuyo en 1545 y después a Caracas en 1578.

Desde entonces esta ciudad mantuvo la capitalidad de la provincia de Venezuela o de Caracas y a finales del siglo XVIII, con los cambios administrativos realizado por el Imperio Español lo sería de la Capitanía General de Venezuela, conformada por las Provincias de Nueva Andalucía (Cumaná), Provincia de Mérida-Maracaibo, Provincia de Trinidad, Provincia de Margarita, Provincia de Barinas, Provincia de Guayana y la propia Provincia de Caracas o de Venezuela.







ESTE NIÑO DON SIMÓN






Este Niño Don Simón


El niño Simón Bolívar
tocaba alegre tambor
en un patio de granados
que siempre estaban en flor.

Montó después a caballo.
Dicen que en potro veloz
por campos de San Mateo
era el jinete mejor.


Pero un día se hizo grande
el que fue niño Simón,
y a caballo siguió andando
sin fatiga el soñador.


De Angostura hasta Bolivia
fue guerrero y vencedor,
por el llano y por la sierra,
con la lluvia y con el sol.


A caballo anda en la historia
este niño don Simón,
como anduvo por América
cuando era el Libertador.


Manuel Felipe Rugeles




SIMÓN BOLÍVAR A 234 DE SU NACIMIENTO






“La esclavitud es la hija de las tinieblas, un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia.”

Simón Bolívar
[Discurso ante el Congreso de Angostura del 15 de febrero de 1819]