ESTUPIDEZ CONCIENZUDA
El papel de los estúpidos en nuestras instituciones públicas es verdaderamente relevante, aunque su influencia pueda tener diferentes niveles de intensidad. Muchos estúpidos causan daños menores, pero otros son capaces de ovacionar autenticas catástrofes, tanto en relación a sus funciones como para los ciudadanos a los que deben servir.
Según Carlo Cipolla la capacidad de una persona estúpida para dañar a personas y organizaciones depende de tres factores fundamentales:
El tipo de estupidez que presenta
Su nivel de intensidad.
Y finalmente, el grado de poder/autoridad que tiene el estúpido dentro de la organización.
Pero… ¿qué es lo que hace que la estupidez pueda tener un poder tan destructivo? Pues que es imprevisible. Lo cierto es que las personas razonables (digamos que medianamente inteligentes) suelen ser incapaces de entender e imaginar el comportamiento de los estúpidos. Es cierto que los malvados son igualmente peligrosos en los ámbitos públicos y privados, (y en la vida…), pero al menos suelen tener un comportamiento previsible y racional, aunque sea dentro de un modelo mental enfermizo y perverso. En definitiva la gran diferencia entre malvados y estúpidos es que es más sencillo prever el comportamiento de los primeros que el de los segundos, y por lo tanto, es más fácil estar alerta ante ellos.
Frente a los estúpidos no hay nada que hacer, estamos absolutamente desarmados, ya que la irracionalidad de sus ataques siempre nos coge por sorpresa, y sin posibilidad alguna de defensa o contraataque. Como decía Martin Luther King, “nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”.
Pero además, los estúpidos tienen otra característica sorprendente: ignoran que son estúpidos. Quizás sea esto lo que hace que sean tan sumamente peligrosos.
Me pregunto: ¿habrá más estúpidos en las gestiones que fracasan que en las que tienen éxito? Habría que estudiarlo seriamente, pero intuyo que no. Posiblemente la diferencia se encuentre en el número de estúpidos con autoridad y poder…
Últimamente me asalta otra gran duda; estos ambientes de creciente estupidez, donde cada día es más difícil diferenciar a unos de otros: ¿No terminaremos todos siendo igualmente estúpidos?
yo, pienso que todos terminamos siendo estúpidos ante tanta perversidad y estupidez de los que ostentan el poder de decisión,
ResponderEliminar