VIRGEN DE LA CHINITA, PATRONA DE MARACAIBO
De acuerdo con la tradición zuliana, la Chinita llegó a
Maracaibo sobre las olas del lago. Cuenta la historia que un día del año 1749,
una sencilla mujer acababa de lavar su ropa en las orillas del lago de Maracaibo,
cuando repentinamente vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió
pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en el
corredor de su casa. A la mañana siguiente, cuando estaba colando el café, la
mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando. Fue a ver lo que
sucedía y quedó sobrecogida de asombro al ver que la tablita brillaba y que
aparecía en ella, la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Por tal motivo,
la mujer comenzó a gritar ¡Milagro! ¡Milagro!, por lo que de ahí proviene el
nombre de El Milagro a la actual avenida junto al lago, donde estaba la casita
de la lavandera. Luego de lo sucedido, numerosas personas acudieron a
presenciar el prodigio, convirtiéndose por esto la casa de la humilde mujer en
un lugar de veneración de la Virgen por parte de múltiples creyentes. Al tiempo
de lo acontecido en casa de la humilde lavandera, las autoridades de Maracaibo
decidieron realizar una procesión en honor de la Chinita. Cuenta la leyenda, que
la Virgen era llevada en hombros por dos hombres elegidos por el propio
Gobernador, cuando al doblar una esquina, la imagen se puso tan pesada que
impidió seguir moviéndola. Finalmente, después de muchos ruegos al cielo y
súplicas a la Virgen, uno de los presentes exclamó: "Tal vez la Virgen no
quiera ir a la Iglesia Matriz y prefiera la de San Juan de Dios".
Según la tradición popular, estas palabras se tomaron como
una inspiración divina, ya que, la procesión cambió su rumbo hacia la iglesia
de la gente humilde de Maracaibo y la imagen recuperó su peso normal. Es por
esto, que desde ese día, la Virgen de la Chiquinquirá, la querida Chinita,
protege desde su templo, hoy basílica, al pueblo zuliano.
En la actualidad la casa donde se efectuó el hallazgo se
levanta un majestuoso templo hogar de nuestra Santa Patrona en el cual se
celebra el santo sacrificio de la misa y aquella tablita milagrosa en la cual
se encuentra reflejada la imagen sagrada, se expone con orgullo en este altar,
donde podemos ver con gran claridad la indescriptible y soberana aparición de
la Virgen de Chiquinquirá. La calle donde estaba la casa tomó desde ese momento
el nombre de Calle del Milagro.
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