Somos resistentes al cambio por naturaleza. Pero no tiene
que ser una condición permanente en tu vida. A continuación hablo sobre 3 de
los temores que nos llevan a ser resistentes a los cambios en nuestra vida y
que afectan todas las áreas: individuo, familia, trabajo, negocios, finanzas.
TEMOR AL FRACASO
Es el miedo más
frecuente. Siempre aparece al pensar en emprender algo nuevo. Cuando el fracaso
se conoce o se percibe como algo doloroso, todo nuestro ser resistirá la idea
de pasar “otra vez” por algo similar: un divorcio, una pérdida económica, un
despido, repetir un año académico, un nuevo jefe que parece amigable, un
empleado que no muestra mucha capacidad, etc.
Hay una forma de eliminar este temor, o al menos
minimizarlo. Los grandes hombres de la historia como Thomas Alva Edison,
Abraham Lincoln, Mahatma Ghandi, Simón Bolívar, sufrieron reveces en sus vidas.
Pero ellos también descubrieron que: EL FRACASO ES EL PASO ANTERIOR AL ÉXITO.
Las personas de éxito no son triunfadoras por no haber fracasado nunca, más
bien convirtieron sus fracasos en el fundamento de sus victorias.
Fracasar significa haberlo intentado y aquí está la
diferencia entre los perdedores y los triunfadores: los perdedores no han
intentado nada en su vida o han renunciado; los triunfadores lo siguen
intentando hasta conseguir su visión. Transforma tu entendimiento de fracaso
como la mayor experiencia que vas a tener antes de un gran triunfo.
TEMOR A LA CRÍTICA
Este miedo
regularmente nace en círculos de amigos. Por lo general afecta a quien quiere
pasar la raya de lo cotidiano y ser diferente. Diferente a los estereotipos
sociales o de la comunidad donde vives. Muchas veces va mezclada con prácticas
populares y hasta insanas o inmorales. Veamos 2 ejemplos:
1.El chico que nació
en el barrio y que se suponía debía ser como los demás – pobre, marginado,
inadecuado. Será criticado si presume podrá salir de su condición.
2.Alguien con
problemas de conducta, alcohol, juegos de azar, infidelidad. Esta persona será
criticada por sus pares, amigos cercanos, con quienes por mucho tiempo ha
compartido sus hobbies; si decide repentinamente querer cambiar sus hábitos.
Estos casos solo se asemejan en un punto “pensar en querer
ser mejor“, crecer, madurar. El verdadero problema está en la inmadurez, que se
refleja en una baja autoestima. Esta inmadurez lleva a buscar aprobación de
otros -papá, mamá, amigos, parejas, etc-. Esperan un ME GUSTA. Sin aprobación y
al ser criticados por sus decisiones prontamente renuncian a sus pretensiones sus
de hacer los cambios necesarios en sus vidas.
Este temor puede ser erradicado totalmente, aunque tal vez
amerite un poco de tiempo, a través de construir una autoestima sana, lo que
permitirá MADURAR. Para ello es imprescindible buscar ayuda externa. Al saber
quién eres, qué quieres, cuál es el propósito de tu vida, escribir tus metas y
comprometerte a alcanzar tu máximo potencial, el temor a la crítica será una
cosa del pasado.
TEMOR AL ÉXITO
Este temor es paradójico, y a primera vista parece algo
descartable. Pero es muy real.
Una vez que se ha planificado, erigido una estrategia para
alcanzar metas (personales, familiares, corporativas), teniendo casi todos los
riesgos medidos puede ocurrir una pregunta inesperada: ¿cuando triunfe qué
haré? ¿cómo haré para mantener el éxito que conseguiré?
Hay una historia muy comica sobre un chamo de 16 años que en
una apuesta con sus amigos, en la cual debía invitar a una fiesta a una muchacha de
19 años, quien era la más pretendida del liceo. Era evidente que ella no
aceptaría, pero la apuesta solo trataba sobre proponerle salir. Así que el
chico asume el reto e invita a la chica. A lo cual la chica acepta gustosa.
Tras la respuesta de ella, el chico entra en pánico y se pregunta ¿y ahora qué
hago? ¡se suponía que me diría que no!
Esta crisis de miedo al éxito ocurre más frecuentemente a
quienes tienen un plan, para quienes miden riesgos. -Aquellos que no tienen un
plan nunca sabrán lo que son capaces de hacer ni saben dónde se encuentran-. Si
has planificado para el éxito, este llegará tarde o temprano, cuando toque a tu
puerta recuerda esto: TÚ LO PLANIFICASTE.
Este miedo es eliminado al ser CONSCIENTE de tus
capacidades. Un día podrías preguntarte ¿si me dice que sí? o ¿si me dan esa
oportunidad? o ¿si les gusta mi producto? entonces recuerda: HAS ESPERADO ESTA
OPORTUNIDAD, es tuya y nadie más puede hacerlo como tú.
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