El dinero es como el
Buda, si no trabajas no lo obtienes.
Si detienes su fluir,
desaparece.
Sólo es tuyo cuando
está entre tus manos.
Pero esas manos no
son tuyas. Si lo sueltas deja de ser tu amo.
El dinero es de
todos, pero se pertenece a sí mismo.
El dinero da la luz a
quien lo emplea para abrir la flor del mundo
y aniquila a quien se
endiosa confundiendo la riqueza con el alma.
Porque el alma,
esencialmente, es la pobreza.
Cuando menos se es,
más se recibe a la existencia.
El dinero es como la
sangre: da la vida si circula.
El dinero es como el
Cristo: te bendice si lo compartes.
El dinero es como la
mujer: se te entrega si lo amas.
Hijo del sol, el oro
parece alejarse de nuestras manos
pero es la luz que
nos conduce.
Debemos limpiarlo de
la codicia que nos inspira la muerte
hasta dejarlo
invisible como un diamante.
No hay diferencia
entre el dinero y la conciencia.
No hay diferencia
entre la conciencia y la muerte.
No hay diferencia
entre la muerte y la riqueza.
Alejandro Jodorowsky
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