…
Tenemos la inconstancia, la indecisión, la incertidumbre, los dolores, la
superstición, la inquietud por el futuro e incluso por después de la vida, la
ambición, la avaricia, la envidia, los celos, los apetitos desenfrenados locos
e indomables, la guerra, la mentira, la deslealtad y el desprecio. Ciertamente
hemos pagado incomprensiblemente caro este precioso raciocinio del que nos
sentimos orgullosos y esta capacidad de juzgar y de conocer, si lo hemos adquirido
al precio de este número infinito de pasiones de las que constantemente estamos
presos.
Fuente: http://nisu.blogia.com
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