sábado, 31 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

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martes, 27 de diciembre de 2011

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FRASES PARA PENSAR II - Víctor Hugo
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MARACAIBO – VENEZUELA
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AUTORRETRATOS - FRIDA KAHLO
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ROMERO BRITO ...... POP ART
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RETABLILLO DE NAVIDAD - Aquiles Nazoa








RETABLILLO DE NAVIDAD
Aquiles Nazoa




De su esposo en compañía,
soñolienta y fatigada,
por ver si les dan posada
toca en las puertas María.
El le dice: -Esposa mía,
ten calma, vamos a ver...
Nos abrirán al saber
que te encuentras en estado
y un lecho busca prestado
tu niño para nacer.

Pues tiembla la Virgen bella,
él se quita en el camino
su paltocito de lino
para ofrecérselo a ella.
-Vaya mi linda doncella
con este manto abrigada
-dice con gracia forzada
mientras siente las diabluras
que hace el frío en las roturas
de su franela rayada.

De portón van en portón
suplicando humildemente
y en todos les da la gente
la misma contestación:
«Esta casa no es pensión»,
o «¿Cuánto van a pagar?...»
Y en uno que en otro lugar
hay quien al ver a María
dice alguna picardía
para hacerla sonrojar.

¡Qué pobrecitos que son!
¡Qué pena tan sin alivio!
Todos tienen lecho tibio,
¡nadie tiene corazón!
De cansancio y aflicción
la Virgen se echa a llorar
y torna triste a mirar
que en la noche, alta y desierta,
la luna es como una puerta
que se abre de par en par.

A la casa de un pastor
van por fin José y María;
sólo piden hostería
para que nazca el Señor.
Pero hay allí tanto amor
por los buenos peregrinos,
que la pastora sus linos
abandona en el telar
y al punto les va a buscar
cuajadas, panes y vino.

Ya la Virgen tiende el manto
sobre la hierba olorosa;
ya como delgada rosa
se dobla su cuerpo santo;
ya a través de un claro llanto
los ojos del buey la ven;
llora el burrito también.
Y la historia nos relata
que una estrella de hojalata
brilló esa noche en Belén.








LA CERILLERA - Hans Christian Andersen





Hans Christian Andersen escribió hace muchos años este bello, triste y emotivo cuento situado en la noche de San Silvestre. Una historia que nos recuerda que jamás debemos perder la ilusión por conseguir aquello que anhelamos.


LA CERILLERA
Hans Christian Andersen


Era la noche de San Silvestre, la última noche del año. Todo el mundo en la ciudad se apresuraba para llegar pronto a sus casas y refugiarse del frío y la nieve. Iban muy abrigados, y algunos llevaban regalos de Navidad. Tras los cristales ardía la leña en las chimeneas y había agradables aromas de los manjares preparados para la cena de aquella noche.
En medio del ir y venir, un pequeña chiquilla vendía fósforos para ganar algo con que comprar siquiera un pedazo de pan. - Compren fósforos, lo mejor para encender fuego. ¡Compre cerillas, señor! Pero la gente apenas escuchaba su débil voz y desde luego, por nada del mundo sacarían las manos de sus tibios bolsillos con el frío que hacía.
Poco a poco, la noche se fue acercando y la calle se quedó desierta. -¡Fósforos, fósforos! ¡Cerillas para la lumbre! –Pero la pobre cerillera pronto comprendió que no vendería nada más aquel día. Terminó pronto de contar las escasísimas ganancias. No podía volver así a su casa: sin llevar consigo algo de alimento para su familia.
Pensó que quizá sus padres se enfadaran con ella por no haber sido capaz de vender más, eran tan pobres y tantas bocas que alimentar, que la más mínima cantidad marcaba una gran diferencia. ¡Si por lo menos no hiciera tanto frío! Tenía los deditos entumecidos, la nariz helada y le dolía mucho la garganta. Si se atreviera a encender una cerilla, sentiría un poco de calor...
Al fin y al cabo, en su casa haría el mismo frío que en la calle, pues durante todo el invierno el agua de lluvia se había abierto camino entre las rendijas del tejado, formando goteras y el viento soplaba a través de lo cartones que formaban las paredes de su humilde casita. Se refugió en la esquina que formaban dos casas muy elegantes y con mucho cuidado para no destaparse, encendió un fósforo.
Y la luz del fósforo al arder le mostró una acogedora estancia donde ardía el cálido fuego de la chimenea al lado de una mesa con humeante comida. Las llamas se reflejaban en las paredes creando figuras danzarinas y la pobre cerillera incluso podía sentir el calor de una manta sobre sus rodillas. Al apagarse, la niña volvió a la oscura y fría realidad.
-Si pudiera ser todo el rato así...- Se lamentó la chiquilla –Encender otro fósforo no marcará ninguna diferencia, y sin embargo es tan agradable su luz... Y procedió a prender la llama que esta vez le mostró un salón bellamente adornado, con un árbol de navidad adornado con infinidad de pequeñas velitas centelleantes. Bajo él, los regalos esperando a ser abiertos por niños ilusionados. 
Al apagarse el segundo fósforo, la pequeña volvió a sentirse sola, en la noche acariciada por los copos de nieve que caían sin cesar, casi a oscuras, sentada en la calle y aterida de frío. - Encenderé otra cerilla – decidió la niña, pues las ilusiones que le brindaba la luz conseguían apartarla, siquiera por un momento, de la insensible realidad.
Y así lo hizo, sostuvo la madera encendida delante de sus ojos y esta vez se vio a sí misma sentada a la agradable mesa al lado de la chimenea, tomando una sopa caliente que reconfortó su enfermo cuerpo. Y también era ella la que se acercó al majestuoso árbol de navidad para abrir los regalos que en su corta vida nunca había recibido.
Tan agradable y tan nueva era la sensación para la chiquilla, tan gratificante sentir el calor del hogar, que esta vez, cuando se consumió la cerilla, sólo quedó junto a la esquina de las elegantes casas el pequeño cuerpecito de la vendedora de fósforos, pues su alma se negó a regresar a esa realidad que la había ignorado hasta el momento.

sábado, 24 de diciembre de 2011

ARBOL DE NAVIDAD


YO,
QUI-
SIERA
EN ESTA
NAVIDAD
HACER DE MI
CORAZON UN
GRAN ARBOL Y
PODER PONER EN
ÉL EN VEZ DE REGA-
LOS LOS NOMBRE DE
TODOS MIS AMIGOS, AMI-
GOS DE LEJOS, Y LOS AMI-
GOS DE CERCA, LOS ANTIGUOS
Y LOS RECIENTES, LOS QUE VEO
CADA DIA Y LOS QUE RARAMENTE ENCU-
ENTRO, LOS SIEMPRE RECORDADOS
Y LOS QUE A VECES SE QUEDAN OLVI-
CADOS, DE LAS HORAS TRISTES, Y DE LAS
HORAS ALEGRES, A LOS QUE SIN QUERER ENTRIS-
TECI, Y SIN QUERER ME ENTRISTECIERON A QUIENES
CONOZCO PROFUNDAMENTE, Y AQUELLOS DE QUIENES CO-
NOZCO LA APARIENCIAS, LOS POCOS
QUE ME DEBEN, Y A LOS MUCHOS A QUIE-
NES LES DEBO, A MIS AMIGOS LOS NIÑOS,
A MIS AMIGOS LOS VIEJOS, A MIS AMIGOS HU-
MILDES, A MIS AMIGOS IMPORTANTES, LOS NOMBRES
DE TODOS LOS QUE YA PASARON POR MI VIDA, LOS QUE
CUYA VIDA YA PASE, Y NO LO SABIA, LOS QUE ME ADMIRAN
Y ME QUIEREN SIN QUE YO LO SEPA, LOS QUE AMO Y ESTIMO
SIN DARLE A ENTENDER, QUISIERA SEÑOR QUE ESTE ARBOL TU-
VIERA RAICES MUY PROFUNDAS, PARA QUE SUS NOMBRES NUNCA MAS
FUERAN ARRANCADAS DE NI VIDA, UN ARBOL
DE RAMAS MUY EXTENSAS CON LUGAR
PARA LOS NUEVOS NOMBRES VINIENDO DE TO-
DAS PARES PARA UNIRSE A LOS EXISTENTES.
UN GRAN ARBOL DE SOMBRA ACOGEDORA Y AGRADA-
BLE DONDE NUESTRA AMISTAD ENCUENTRE UN INTERMI-
NABLE MOMENTO DE REFUGIO Y DE REPOSO DE LAS CONS-
TANTES LUCHAS DE LA VIDA, UN ARBOL QUE AL LATIR MI CO-
RAZON SE ENCIENDAN TODAS LAS LUCES TRAYENDO FELICIDAD PA-
RA TODOS LOS QUE EL ABRIGUE, QUISIERA TAMBIEN SEÑOR QUE EN ES-
TA NAVIDAD SURGIERAN MUCHOS OTROS AR-
BOLES IGUAL A ESTE QUE ENTRELAZANDO SUS
RAMAS Y HOJAS FORMEN UNA ENORME FLORESTA EN-
CANTADA, DONDE LOS NIÑOS ENCUENTREN MAS ALEGRIA
LOS JOVENES MAS ESPERANZA, Y LOS VIEJOS MAS TRANQUILI-
DAD, TODOS FELICES Y HERMANADOS EN UN SUBLIME IDEAL DE PAZ.
AMOR AL PROJIMO
FELICES PASCUAS
FELIZ AÑO NUEVO
Y FELIZ NAVIDAD.


GUSTAVO ANTILLANO
DICIEMBRE 2015


A MIS AMIGOS......



YO, QUISIERA EN ESTA NAVIDAD HACER DE MI CORAZÓN UN GRAN ÁRBOL Y PODER  PONER EN EL EN VEZ DE REGALOS LOS NOMBRE DE TODOS MIS AMIGOS, AMIGOS DE LEJOS, Y LOS AMIGOS DE CERCA, LOS ANTIGUOS Y LOS RECIENTES, LOS QUE VEO CADA DÍA Y LOS QUE RARAMENTE ENCUENTRO, LOS SIEMPRE RECORDADOS Y LOS QUE A VECES SE QUEDAN OLVIDADOS, DE LAS HORAS TRISTES, Y DE LAS HORAS ALEGRES, A LOS QUE SIN QUERER ENTRISTECÍ, Y SIN QUERER ME ENTRISTECIERON A QUIENES CONOZCO PROFUNDAMENTE, Y AQUELLOS DE QUIENES CONOZCO LA APARIENCIAS, LOS POCOS QUE ME DEBEN, Y A LOS MUCHOS A QUIENES LES DEBO, A MIS AMIGOS LOS NIÑOS, A MIS AMIGOS LOS VIEJOS, A MIS AMIGOS HUMILDES, A MIS AMIGOS IMPORTANTES, LOS NOMBRES  DE TODOS LOS QUE YA PASARON POR MI VIDA, LOS QUE CUYA VIDA YA PASE, Y NO LO SABIA, LOS QUE ME ADMIRAN Y ME QUIEREN SIN QUE YO LO SEPA, LOS QUE AMO Y ESTIMO SIN DARLE A ENTENDER, QUISIERA SEÑOR QUE ESTE ÁRBOL TUVIERA RAÍCES MUY PROFUNDAS, PARA QUE SUS NOMBRES NUNCA MAS FUERAN ARRANCADAS DE NI VIDA, UN ÁRBOL DE RAMAS MUY EXTENSAS CON LUGAR PARA LOS NUEVOS NOMBRES VINIENDO DE TODAS PARES PARA UNIRSE A LOS EXISTENTES. UN GRAN ÁRBOL DE SOMBRA ACOGEDORA Y AGRADABLE DONDE NUESTRA AMISTAD ENCUENTRE UN INTERMINABLE MOMENTO DE REFUGIO Y DE REPOSO DE LAS CONSTANTES LUCHAS DE LA VIDA, UN ÁRBOL QUE AL LATIR MI CORAZÓN SE ENCIENDAN TODAS LAS LUCES TRAYENDO FELICIDAD PARA TODOS LOS QUE EL ABRIGUE, QUISIERA TAMBIÉN SEÑOR QUE EN ESTA NAVIDAD SURGIERAN MUCHOS OTROS ÁRBOLES IGUAL A ESTE QUE ENTRELAZANDO SUS RAMAS Y HOJAS FORMEN UNA ENORME FLORESTA ENCANTADA, DONDE LOS NIÑOS ENCUENTREN MAS ALEGRÍA, LOS JÓVENES MAS ESPERANZA, Y LOS VIEJOS MAS TRANQUILIDAD, TODOS FELICES Y HERMANADOS EN UN SUBLIME IDEAL DE PAZ.


Feliz Navidad y prospero Año 2012
 te desea tu amigo


Gustavo Antillano