San José, casto
esposo de la Virgen María
intercede para
obtenerme el don de la pureza.
Tú que, a pesar de
tus inseguridades personales
supiste aceptar
dócilmente el Plan de Dios
tan pronto supiste de
él,
ayúdame a tener esa
misma actitud para responder
siempre y en todo
lugar, a lo que el Señor me pida.
Varón prudente
que no te apegas a
las seguridades humanas
sino que siempre
estuviste
abierto a responder a
lo inesperado
obtenme el auxilio
del Divino Espíritu
para que viva yo
también
en prudente
desasimiento de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de
trabajo constante,
de fidelidad
silenciosa, de paternal solicitud,
obtenme esas
bendiciones,
para que pueda crecer
cada día más en ellas
y así asemejarme día
a día
al modelo de la plena
humanidad:
EL SEÑOR JESÚS.
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