Cómo curar a un fanático:
"Un amigo cercano y colega, el grandioso novelista Sammy Michale, tuvo una vez una experiencia, que a algunos escritores israelíes nos pasa con frecuencia.
En un largo viaje por la ciudad, el taxista le estaba dando una encendida arenga sobre cuán urgente era para los judíos matar a todos los árabes. Mi amigo escuchaba con atención y, en vez de gritarle 'qué hombre tan despreciable eres. Acaso eres un Nazi, un facista?', decidió lidiar con el tema de una manera diferente. Entonces le preguntó al chofer: ¿Y quién cree usted que deba matar a todos los árabes?. El chofer respondió: ¿A qué se refiere? ¡Nosotros! Los israelíes debemos hacerlo, rápido, mire lo que nos están haciendo todos los días. Luego, Sammy le dijo: Pero, ¿quién exactamente debería llevar a cabo esta tarea? ¿La policía? ¿Las fuerzas armadas? ¿O la brigada de combate?. El chofer se rascó la cabeza y dijo: Creo que deberíamos dividirnos la misión entre todos. Cada uno debería matar algunos árabes. Sammy, todavía jugando su parte, le dijo: Ok, supongamos que vive en un bloque de residencias en Haifa y usted va y toca todas las puertas y los timbres preguntando: Disculpe usted, señora, ¿son ustedes árabes?, y si la respuesta es positiva, usted los ejecuta de un disparo. Después de que termina todo el edificio y justo cuando va de regreso a su casa, escucha en algún lugar del cuarto piso a un bebé llorando. ¿Qué haría? ¿Iría usted de vuelta a matar al bebé? Dígame, ¿sí o no?. Hubo un momento de silencio, y después el chofer le dijo a mi amigo Sammy Michael: ¿Quiere saber algo? Usted es un hombre despreciablemente cruel".
Amos Oz
"Contra el fanatismo"
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