Rebelión en la granja (Animal Farm) es una novela satírica
escrita por George Orwell durante la Segunda Guerra Mundial. Esta novela
publicada en 1945, trata acerca de un grupo de animales en una granja que
expulsan a los humanos y crean un sistema de gobierno propio que acaba
convirtiéndose en una tiranía brutal.
Orwell, un socialista democrático y un miembro del Partido
Laborista Independiente por muchos años, fue un crítico de Joseph Stalin.
Rebelión en la granja es considerada una sátira sobre la corrupción del
socialismo soviético en los tiempos de Stalin.
Rebelión en la Granja constituye un análisis sencillo a la vez que
formidable de la corrupción que engendra el poder, en cualquier nivel. Así, la
obra posee un doble nivel de profundidad, lo que hace posible que el mensaje
del libro trascienda el caso particular del régimen soviético, siendo
considerado como un referente universal de la corrupción generada por las
ansias de poder ilimitado.
En estos tiempos convulsionados y erráticos que vivimos en
esta tierra, me resulta interesante releer estas letras y comprobar que más allá
del tiempo y sus circunstancias el ser humano no ha cambiado mucho en su
esencia, continua siendo un animal de dos patas que a veces se camina en
cuatro.
Rebelión
en la Granja
Ficha resumen
Capítulo
I
En este capítulo, un cerdo mayor, a punto de morirse, hace
llamar a todos los animales de la granja porque había tenido un sueño. Antes de
comenzar con su sueño cuenta a los animales que son muy mal tratados, que no
paran de trabajar para que les den una miseria para comer y que cuando son
viejos, los llevan al matadero para hacer comida con ellos. Que, por ejemplo,
la leche de las vacas, que debería de ser para alimentar a sus terneros, sirve
para alimentar a los humanos, que de los huevos que ponen las gallinas, la
mayoría son vendidos, sin dejar nacer a los polluelos. En definitiva, que el
trato recibido por los animales era pésimo. Les dijo que tendrían que
prepararse para una revolución en la que los animales se encargaran ellos
mismos de llevar la granja. Posteriormente, contó su sueño, que consistía en la
libertad de los animales y que recordó un canto que hacía tiempo que había sido
olvidado y se lo cantó. Este canto se llamaba bestias de Inglaterra y consistía
en lo dicho anteriormente, la libertad de las bestias, gustó tanto que todos no
pararon de cantarlo.
Capítulo
II
En este capítulo, los animales se rebelan ante la soberanía
de su amo, lo tiran de la granja y se adueñan de ella. Después de esto, los
animales comenzaron a recorrer todo lo que les pertenecía y a quemar y a
destruir las prendas de vestir que eran muestra de la esclavitud de los
animales hacia los seres humanos, como era el caso de las cintas que llevaban
los caballos en los días festivos. Los cerdos, en los meses anteriores, habían
aprendido a leer y a escribir (porque eran los más listos), y decidieron
escribir unas normas de conducta o mandamientos que todos los animales deberían
de respetar. Esas normas eran: “Todo lo que camina sobre dos pies es un
enemigo”, “Todo lo que camina sobre cuatro patas es amigo”, “ningún animal
usará ropa”, “ningún animal dormirá en una cama”, “ningún animal beberá
alcohol”, “ningún animal matará a otro animal”, “Todos los animales son
iguales”. Además cambiaron el nombre de la granja por “granja animal”.
Posteriormente, se dispusieron a trabajar la cosecha.
Capítulo
III
Los animales acabaron con la cosecha antes de lo que lo
hubiera hecho su amo, pero tuvieron algunos problemas con los aparatos pues
estaban hechos para los hombres, pero como los cerdos eran tan inteligentes, no
tuvieron problemas en arreglar la situación. Todo el mundo trabajaba, menos los
cerdos que eran los encargados de mandar a los demás hacer su trabajo, puesto
que eran los encargados en pensar al ser los más listos. Los domingos, se
reunían en el granero para decidir el trabajo de la semana. Los encargados de
debatir las propuestas eran los cerdos, mientras que los demás animales se
encargaban de botar, los cerdos que más destacaban eran Snowball y Napoleón.
Los dos nunca estaban de acuerdo con las propuestas del otro. Ese día las
perras tuvieron nueve cachorros entre ellas y Napoleón se los llevó para cuidar
de ellos. Además la leche con la que ordeñaban a las vacas se la bebían los
cerdos y ellos solos se comían las manzanas, ellos explicaban que eran los más
inteligentes y que las necesitaban, que si no querrían que volviera otra vez el
hombre. Por supuesto nadie quiso.
Capítulo
IV
Al poco tiempo, todos los alrededores conocían las hazañas
de la “granja animal”, y la canción de “bestias de Inglaterra” era cantada por
todos los animales de Inglaterra. El dueño de la granja, mientras tanto, estaba
en la taberna de un bar quejándose por el trato recibido al ser expulsado por
una panda de animales, los demás granjeros, se apiadaban de él pero sin
ayudarle demasiado, para usarlo en su propio beneficio y apoderarse de la
granja. Pero, al cabo de unos días, el dueño de la granja, acompañado de sus
ayudantes y de los dueños de las granjas de al lado fueron a la reconquista de
la granja. Hubo una batalla muy dura entre los hombres y los animales, pero al
final, los animales pudieron deshacerse de los hombres, pero murieron unos
pocos animales. Tras esto decidieron otorgar unas medallas al valor. La de
héroe animal de primer grado fue otorgada a Snowball, por luchar fielmente y
ser herido en la batalla por una escopeta y a Boxer, el caballo por su valentía
y lucha. Las medallas de segundo grado fueron otorgadas a las víctimas que
fallecieron en la “Batalla del establo de las vacas”, que así se llamó a la
batalla.
Capítulo
V
En este
capítulo, habla de las disputas que tenían Napoleón y Snowball en los debates
de los domingos, que siempre estaban en desacuerdo, en especial, sobre la
creación o no de un molino de viento, Snowball quería construir un molino para
crear electricidad y poder obtener luz en todas las zonas y crear máquinas para
tener menor trabajo y que la semana sea de tres días, Napoleón, como era de
esperar no quería construir el molino, prefería seguir como hasta ahora para
seguir obteniendo alimento. Snowball preparó todos los planos para la creación
del molino y cuando los terminó, los llevó a debate. Tras los discursos de
Snowball y Napoleón la mayoría estaba a favor del molino de viento, y al ver
esto, Napoleón pegó un grito ensordecedor, y en un momento aparecieron los
nueve perros que habían sido criados por él y se abalanzaron hacia Snowball,
este consiguió escapar y huir de la granja. A partir de entonces Napoleón
suprimió las reuniones de los domingos y en cambio ese día se les daría las
tareas que debían de cumplir la semana siguiente. Además, finalmente decidió
construir el molino, respondiendo que siempre había querido construirlo pero
que los planos de Snowball eran malos y que se había puesto en contra para
librarse de un sujeto tan peligroso como Snowball.
Capítulo
VI
En este capítulo, habla de los problemas que tenían los
animales para poder vivir, que trabajaban mucho más y comían menos. Hasta
tenían que ir a trabajar los domingos por la tarde. Si no llega a ser por
Boxer, el caballo, que era muy fuerte y muy trabajador, no lo hubieran
conseguido, se levantaba antes que los demás para trabajar más. Además, los
animales necesitaban comida, clavos, herramientas y varias cosas que en la
granja no podían obtener. Napoleón decidió que tenía que negociar con las
granjas de al lado, cosa que no hizo gracia a los animales, que al principio
habían escuchado que los animales no debían de tratar con los hombres en ningún
momento, pero, uno de los mensajeros de Napoleón, Squealer les dijo que en
ningún momento habían dicho eso, que lo habrían soñado y ellos se lo creen.
Además, los cerdos se fueron a vivir a la granja, a dormir en sus camas. Esto
les recordó a una de las 7 normas, pero al leerlas decía “ningún animal dormirá
en una cama con sábanas” cosa que no les sonaba haber leído antes. En
noviembre, hubo unas grandes tormentas, tales que se derribó el molino, al ver
esto, Napoleón exclamó que el culpable era Snowball, que los estaba saboteando.
Capítulo
VII
En este capítulo se habla de la escasez de comida que
tenían, puesto que en invierno la mayoría de la cosecha se había perdido, y
además tenían que trabajar en la reconstrucción del molino. Además, Napoleón
disponía de unas pilas de madera que quería vender entre las dos granjas, que
dada la casualidad, cuando el negocio iba bien con una, se decía que Snowball
estaba escondido en la otra, que les había traicionado. Además dijeron que
Snowball les había traicionado desde el principio, que desde siempre estaba a
favor del amo y que había intentado sabotear la batalla. Algunos de los
animales no se lo creyeron porque había sido herido en la batalla pero Squealer
describió de tal manera lo ocurrido que al final acabaron por creérselo. A los
pocos días, Napoleón reunió a todos los animales, y con los perros comenzaron a
coger a animales para que confesaran que estaban siendo cómplices de Snowball,
y una vez hecho esto, los perros le rebanaban el pescuezo. Así mataron a unos
cuantos animales. Posteriormente decidieron prohibir la canción de “bestias de
Inglaterra” y la razón que dieron es que no tenían ninguna razón de cantarla,
que ya no había una Rebelión.
Capítulo
VIII
Tras pasarse el terror sufrido por los asesinatos, los
animales fueron a ver los mandamientos, porque recordaban que estaba prohibido
matar, pero al leerlo vieron que de eso no se acordaban: “ningún animal matará
a otro animal sin motivo”. Por otra parte, continuaban las negociaciones por la
compra de la madera, parecía que se la iban a vender a Pinchfield, uno de los
granjeros, y que Frederick, estaba pensando en atacar a la granja. Pero al cabo
de unos días, reunió a todos los animales para decirles que la madera se la
había vendido a Frederick, que Pinchfield era un bellaco y pretendía atacar a la
granja. Dijo que Frederick pretendía pagarle con un cheque, pero que Napoleón
era más listo y quiso que se lo pagara con dinero. Al día siguiente,
descubrieron que el dinero era falso que les hubiera traicionado. En seguida
apareció Frederick acompañado de otros granjeros a la conquista de la granja.
Hubo una dura batalla, mucho peor que la anterior, en la que murieron muchos
animales. Además Frederick y los suyos destruyeron el nuevo molino que ya
estaba construido, cosa que molestó mucho a los animales y atacaron con
valentía hacia los hombres y consiguieron tirarlos de la granja. Para
celebrarlo, los cerdos se emborracharon cosa que al leer los mandamientos se
sorprendieron por leer: “ningún animal beberá alcohol en exceso”
Capítulo
IX
En la granja, cada tenían meno comidas, pero según los datos
que les daba Squealer, se vivía mucho mejor que en los tiempos en los que
mandaba el hombre. La mayoría ya no se acordaba de la vida con el amo pero
suponían que debía de ser peor, o al menos, eso quería creer. Napoleón a la
hora indicada, hacía que los animales desfilaran en formación militar,
levantando la pezuña y gritando: “viva el camarada Napoleón”. Al poco
averiguaron nueva información acerca de Snowball. En la “batalla del establo de
las vacas”, Snowball estaba en el bando de los hombres, y es más estaba él al
mando y gritando, “¡Viva la humanidad!” y que las heridas que le habían visto
eran causa de unos mordiscos de Napoleón. Además Boxer, el caballo que
trabajaba más que nadie, comenzó a envejecer y a perder su fuerza, de tal
manera que un día se lo encontraron tirado en el suelo quejándose de un pulmón.
Los animales fueron a decírselo a Napoleón, y apareció Squealer diciendo que
iban a mandar a Boxer a uno de los mejores veterinarios de la ciudad, pero, el
día en que se lo iban a llevar, pudieron comprobar que lo llevaban al matadero,
y cuando intentaron liberarlo, era demasiado tarde y ya se lo habían llevado. A
los pocos días, Squealer, fue a decirles a los animales que Boxer había muerto,
que el veterinario había hecho lo que había podido pero que había muerto. Los
siguientes días, celebraron banquetes (los cerdos) en conmemoración de Boxer.
Capítulo
X
Habían
pasado los años en la granja, la mayoría de los animales que habían vivido la
revolución habían muerto, ya había pocos que recordaran la revolución. Ya
habían construido el molino, pero, en vez de utilizarlo para energía eléctrica,
fue utilizado para moler el trigo, pero estaban en proceso de construir otro,
que según Napoleón será utilizado para energía eléctrica. La granja se había
enriquecido, pero no para los animales. Había muchos animales nuevos, pero por
muy jóvenes que fueran en toda Inglaterra sabían la canción de “bestias de
Inglaterra” y además los animales de la granja tenían el orgullo de trabajar
para ellos mismos, que la granja estaba dirigida por animales y no por hombres.
Un día, uno de los animales, se encontró a Squealer caminando a dos patas y
posteriormente a los demás cerdos, al comprobar esto, fueron a ver los
mandamientos y, en vez de estar los 7 mandamientos, sólo había una frase:
“todos los animales son iguales, pero algunos son más iguales que otros”, al
ver esto, ninguno de los animales se sorprendieron que al día siguiente los
cerdos se comportaran como los amos, usando látigos, suscribiéndose a revistas,
que se pusieran las ropas de los hombres, etc. A la semana siguiente, fueron a
la granja un conjunto de gente que fueron a cenar a la granja. Los animales
fueron a observar lo que ocurría en la reunión, y en esta, los hombres alababan
la actuación de los cerdos con respecto a los demás animales, que aún les daban
menos de comer que ellos, que los cerdos y los hombres son iguales. Poco
después acabaron peleándose por una partida de cartas, y al observar esto, los
animales no pudieron diferenciar quien era el cerdo de quien era el hombre,
eran iguales.
Rebelión en la Granja es una gran obra, no sólo ridiculiza
lo ocurrido hace años, en los tiempos de la Revolución Rusa, sino que expresa lo que siempre ocurre: el
ansia de poder desmedido y sin control cambia a las personas. El deseo de
decidir sobre todos y sobre todas las cosas, ciega a quien detenta el poder sin
importar su naturaleza (animal o humana).
Orwell realiza un
inteligente e irónico ejercicio literario al humanizar a los animales,
confrontando al hombre con su realidad más salvaje. Nos demuestra que los
hombres seres superiores y racionales, actuamos frente al poder con irracional
naturaleza.
El hombre es un animal de costumbres, que contrariamente a
otros animales suele no aprender de sus errores, lo que nos lleva a repetir la
historia una y otra vez.
Debemos trascender este estado de vicio y ser capaces de
respetarnos los unos a los otros, como en el principio de la obra, en la que
todos opinaban, todos vivían bien, sería el mundo perfecto, pero, como este
mundo está lleno de “Napoleones”, los cuales ansían el poder, mandar sobre los
demás, sin importarles los derechos de los otros, siendo ellos los únicos que
pueden vivir, y los demás tienen que vivir por y para ellos. Siendo así este
mundo, lo único que podemos hacer es vivir como podamos y tengamos la suerte de
hacerlo.
Mientras no entendamos que lo que sucede es consecuencia de
como pensamos y actuamos y que los errores que le achacamos a los demás son
nuestros errores, no existirá cambio posible, seguiremos siendo “son los mismos
perros pero con diferentes collares”.
Para leer Rebelión en la Granja
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