¿Qué es el optimismo inteligente?
El optimista inteligente conoce sus limitaciones, pero se centra en sus posibilidades y trabaja para alcanzar las metas que se propone.
Según la Real Academia Española, el optimismo es la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. El optimismo inteligente no es un optimismo idealista o engañoso que falsea la realidad, sino una actitud que busca obtener el aspecto positivo de cualquier situación. El optimista inteligente, como explica Carlos Hernández en Optimismo para torpes (edita Oberon Práctico, 2013), confía en que le van a ocurrir cosas positivas y trabaja para conseguir el éxito, conoce sus limitaciones y es consciente de la realidad, pero prefiere centrarse en sus posibilidades para conseguir lo que se propone.
OPTIMISMO INTELIGENTE: SIN LAS EMOCIONES NEGATIVAS NO EXISTIRÍAN LAS POSITIVAS
Es importante entender que el hecho de ser optimista no está reñido con sentir miedo, tristeza o rabia. Hay determinadas situaciones que hacen sentir emociones negativas, pero esto no es malo, de hecho, es algo natural porque sin las emociones negativas no existirían las positivas y viceversa; por ejemplo, sin miedo no nos sentiríamos valientes y sin tristeza, no nos podríamos sentir felices en los buenos momentos. Sin embargo, como añade Carlos Hernández, es importante es afrontar lo negativo y no permitir que esos sentimientos se adueñen de nosotros.
En algunas ocasiones, la actitud negativa juega malas pasadas, hace que la realidad se perciba de una manera muy diferente y puede llegar, incluso, a distorsionar los hechos por completo. Por ejemplo, a veces nos centramos sólo en el aspecto negativo de una situación; minusvaloramos o magnificamos un hecho; adelantamos acontecimientos convencidos de que las cosas nos van a salir mal; interpretamos las intenciones de los demás sin una base real; nos sentimos culpables de lo que ocurre a nuestro alrededor; o nos centramos en lo que se podría haber hecho en el pasado.
LAS PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS
El efecto Pigmalión es una teoría que explica que si tenemos la percepción de que algo va a suceder hay muchas posibilidades de que suceda tal y como lo hemos pensado, ya que cuando tenemos unas creencias, nuestros actos nos llevarán a conseguirlas. Esta hipótesis tiene su base en una historia mitológica que cuenta que Pigmalión, uno de los reyes de Chipre, cansado de buscar a la mujer perfecta, esculpió una estatua con los rasgos de su mujer ideal y tal fue su deseo de que la figura cobrase vida, que finalmente se convirtió en una mujer real.
El psicólogo R. Merton lo llamó “profecía autocumplida”, y la psicología afirma que el simple hecho de pensar que algo va a suceder es ya una causa para que suceda.
HÁBITOS PARA APRENDER EL OPTIMISMO INTELIGENTE
Es necesario entender que a veces el optimismo inteligente es algo que se aprende, no todo el mundo nace con la capacidad de percibir los aspectos positivos de la realidad. Es un aspecto que se puede y debe trabajar a través de la práctica de distintos hábitos que mejoran nuestra inteligencia emocional.
Los psicólogos Carmelo Velázquez y Mº Dolores Avia han desarrollado este tema y ofrecen ocho consejos para el aprendizaje del optimismo inteligente:
- Ponerse metas alcanzables.
- Abrirse al exterior y olvidarse de uno mismo.
- Reconocer y satisfacer las propias necesidades biológicas.
- Aceptar la propia realidad.
- Atreverse a ser valientes.
- Educar y perfeccionar la capacidad de goce.
- Desarrollar el gusto por el juego y la travesura.
- Cultivar la cortesía, el amor y la cordialidad.
A pesar de que estamos condicionados por los rasgos de nuestra personalidad y los factores externos, todos estos consejos se pueden y deben entrenar para poder percibir la realidad de una manera más optimista y conseguir ser más felices.
Paula Benito Martín
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