Siempre que releo a Drummond, se despierta en mí una exaltación indefendible. ¿Cómo es que alguien puede expresar con tan contundente claridad la desesperación total? ¿Es justo que disfrutemos del hecho artístico cuando trasunta semejante dolor? La respuesta es evidente: es una protesta tímida. Y todos tenemos un perro que nos lame las heridas en algún lugar del corazón.
Carlos Drummond de Andrade
Ocho poemas
Ocho poemas
En medio del camino había una piedra...
En el medio del camino había una piedra
había una piedra en el medio del camino
había una piedra
en el medio del camino había una piedra
Nunca olvidaré ese suceso
en la vida de mi cansada retina
Nunca olvidaré que en el medio del camino
había una piedra
había una piedra en el medio del camino
en el medio del camino había una piedra
Vamos, no llores..
Vamos, no llores...
La infancia está perdida.
La juventud está perdida.
Pero la vida no se perdió.
El primer amor pasó.
El segundo amor pasó.
El tercer amor pasó.
Pero el corazón continúa.
Perdiste el mejor amigo.
No tentaste ningún viaje.
No tienes casa, navío, tierras.
Pero tienes un perro.
Algunas palabras duras,
en voz baja, te golpearon.
Nunca, nunca, cicatrizan.
Pero, ¿y el humor?
La injusticia no se soluciona.
A la sombra de un mundo errado
murmuraste una protesta tímida.
Pero otras vendrán.
Todo sumado, deberías
precipitarte, definitivamente, en las aguas.
Estás desnudo en la arena, en el viento...
Duerme, hijo mío.-
Cuadrilla
Joâo amaba a Teresa que amaba a Raimundo
que amaba a María que amaba a Joaquim que amaba a Lili
que no amaba a nadie.
Joâo fue a los Estados Unidos, Teresa al convento,
Raimundo murió en un accidente, María quedó tía,
Joaquim se suicidó y Lili se casó con J. Pinto Fernandes
Que no tenía vela en este entierro
Verbo ser
¿Qué va a ser cuando crezca? Viven preguntando alrededor. ¿Qué es ser? ¿Es tener un cuerpo, un modo, un nombre? Tengo los tres. ¿Yo soy? ¿Tengo que cambiar cuando crezca? ¿Usar otro nombre, cuerpo y modo? ¿O la gente sólo comienza a ser cuando crece? ¿Es terrible, ser? ¿Llaga? ¿Es bueno? ¿Es triste? Ser: pronunciado tan aprisa, ¿abarca tantas cosas? Repito: ser, ser, ser. Er. R. ¿Qué voy a ser cuando crezca? ¿Estoy obligado a? ¿Puedo escoger? No logro entender. No voy a ser. No quiero ser. Voy a crecer así mismo. Sin ser. Olvidar.
Los hombros soportan el mundo
Llega un tiempo en que no se dice más: Dios mío.
Tiempo de absoluta depuración.
Tiempo en que no se dice más: amor mío.
Porque el amor resultó inútil.
Y los ojos no lloran.
Y las manos tejen apenas el rudo trabajo
y el corazón está seco.
En vano las mujeres golpean a la puerta, no abrirás.
Quedaste solo, la luz se apagó,
mas en la sombra tus ojos resplandecen enormes.
Eres todo certeza, ya no sabes sufrir.
Y nada esperas de tus amigos.
Poco importa que venga la vejez, ¿qué es la vejez?
Tus hombros soportan el mundo
y él no pesa más que la mano de un niño.
Las guerras, las hambres, las discusiones dentro de los edificios
prueban apenas que la vida prosigue
y no todos se libertarán aún.
Algunos, hallando bárbaro el espectáculo,
preferirían (los delicados) morir.
Llegó un tiempo en que no se anticipa morir.
Llegó un tiempo en que la vida es una orden.
La vida apenas, sin mistificación.
José
¿Y ahora, José?
La fiesta se acabó,
la luz se apagó,
el pueblo perdió,
la noche enfrió,
¿y ahora, José?
¿y ahora, usted?
¿Usted que es sin nombre,
que se burla de los otros,
usted que hace versos,
que ama, protesta?
¿Y ahora, José?
Está sin mujer,
está sin discurso,
está sin cariño,
ya no puede beber,
ya no puede fumar,
ya no puede escupir,
la noche enfrió,
no veo el día,
no veo el tranvía,
no veo la risa,
no veo la utopía
y todo acabó
y todo huyó
y todo burló,
¿y ahora, José?
¿Y ahora, José?
su dulce palabra,
su instante de fiebre,
su gula y ayuno,
su biblioteca,
su labranza de oro,
su terno de vidrio,
su incoherencia,
su odio - ¿y ahora?
Con la llave en la mano
quiere abrir la puerta,
no existe puerta;
quiere morir en el mar,
pero el mar se secó;
quiere ir a Minas,
Minas no hay más.
José, ¿y ahora?
Si usted gritara,
si usted gimiera,
si usted tocara
el vals vienés,
si usted durmiera,
si usted se cansara,
si usted muriera...
Pero usted no muere,
¡usted es duro, José!
Solito en lo oscuro
sin teogonía,
cual bachaco,
sin pared alguna
para recostarse,
sin caballo negro
que huya al galope,
¡usted marcha, José!
José, ¿a dónde?
Un niño llora en la noche
En la lenta y tibia noche, la muerta noche sin ruido,
un niño llora.
Llanto al otro lado de la pared, tras el vidrio.
Pasos ahogados, voces extenuadas,se pierden en la sombra.
Sin embargo se escucha hasta el rumor de la gota de medicina al caer en la cuchara.
Un niño llora en la noche, tras la pared, tras la calle,
un niño llora a lo lejos, tal vez en otra ciudad, en otro mundo tal vez.
Y veo la mano que sostiene la cuchara mientras la otra mano sostiene la cabeza. Y veo el hilo aceitoso que escurre por el mentón del niño, escurre por la calle, escurre por la ciudad (apenas un hilo). Y no hay nadie en el mundo a no ser ese niño llorando
Herencia
¿Qué memoria daré al país que me dio cuanto recuerdo y sé, todo lo que sentí? En la infinita noche breve el tiempo olvidó mi dudosa medalla y hoy se burla de mí.
¿Y merezco esperar más que los otros yo? Mundo, tú no me engañas. Yo no te engaño a ti. Monstruos contemporáneos que Orfeo no domó y vagan taciturnos entre el tal vez y el sí.
No quedará de mí ningún canto radioso ni una voz matinal que palpite en la bruma y arrancarle pueda a alguien su más secreto espino.
De todo cuanto fue mi paso caprichoso quedará solamente, todo el resto se esfuma, una piedra que estaba en medio del camino.
Carlos Drummond de Andrade
Carlos Drummond de Andrade, para muchos el gran poeta brasileño del siglo veinte, nació hace más de cien años en Itabira, Minas Geraes. Para compensar lo que él llamaba su "triste vida de burócrata", empleado del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional, escribió poesía y crónicas en O Correio da Manhã que sostuvo hasta cerca de los 80 años. Poesia completa e prosa apareció por vez primera en 1973. Su Antología poética ha tenido muchas reimpresiones. Entre sus libros originales figuran Sentimiento do mondo. A rosa do povo, Claro enigma, Lição de coisas, Discurso de primavera e algumas sombras.
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