domingo, 4 de septiembre de 2011

EL PERDÓN Y LA IMPUNIDAD




Yo creo que todo en la vida tiene un sentido, una lección que aprender, siempre y cuando nos tomemos el tiempo de escuchar en nuestro corazón ese sentido oculto. Pensemos cuántas veces los momentos de dolor, de rupturas, son los que nos llevan a una reflexión profunda sobre lo que ha sido nuestra vida, y de ahí a la conciencia de lo que hemos hecho a otros y a nosotros mismos.

Esto puede desatar un proceso de purificación personal, de conversión, de reconocimiento de nuestros errores y culpas, del daño que hemos causado. De ahí puede surgir el deseo sincero de rectificación, y un cambio de conducta; es decir, un proceso de conversión profunda. Esto conduce al perdón, a la reconciliación y a la sanación.

... Sólo que el perdón pasa por la conversión, el reconocimiento y reparación del daño. El perdón es la justicia que pasa por la retribución. El perdón no es impunidad.


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