2 de Noviembre
Morir no tiene trascendencia. No cuenta.
Yo sólo fui suavemente al otro lado del camino.
Todo se queda tal cual como estaba.
Yo quedo yo y ustedes quedan ustedes.
La vida que compartimos con amor queda como fue.
Lo que fuimos el uno para el otro aún es así.
Menciónenme como siempre.
Hablen de mí como siempre y no en forma diferente.
No se pongan tristes ni solemnes.
Ríanse de las cosas que siempre nos hicieron reír.
Alégrense y piensen en mí
Recen por mí.
Hablen de mí como siempre lo han hecho,
sin emoción y sin un ápice de tristeza.
Todo lo que significaba la vida para nosotros sigue vigente.
¿Qué es la muerte? Es algo que ocurre a diario.
¿Acaso voy a desaparecer de tu vida, porque no me ves?
No estoy lejos, solamente al otro lado del camino.
Yo los espero. Todo está bien.
Amén
Autor: San Agustín
La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Difuntos o Día de Muertos, es una celebración cristiana que tiene lugar el día 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena.
En la Iglesia Católica, para esta celebración se recita el Oficio de Difuntos y las Misas son de Réquiem, excepto cuando el 2 de noviembre cae en domingo, pues no se puede celebrar misa de exequias o de difuntos en domingo.
En España, Portugal y América Latina es tradición que los sacerdotes celebren tres misas ese día.
La tradición de asistir al cementerio para rezar por las almas de quienes ya abandonaron este mundo, está acompañada de un profundo sentimiento de devoción, donde se tiene la convicción de que el ser querido que se marchó pasará a una mejor vida, etc., sin ningún tipo de dolencia, como sucede con los seres terrenales.
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