jueves, 16 de junio de 2016

CUALQUIER PARECIDO, NO ES COINCIDENCIA




 
"EPÍSTOLA"
J. A. Pérez Bonalde

Al Redactor del Federalista.
Cambió la suerte?
Válgame la maña
Adula al poderoso, intriga, sopla,
Y tendrás,  Fabio mío, una cucaña,
M. Breton de los Herreros.

Perdona mi lenguaje franco y rudo
El tono familiar y no te ofenda
Cuando apénas cruzamos un saludo

Y, más aun, cuando en tu noble senda,
No te voy á ceñir de rosa y nardo,
Sino á echarte una fuerte reprimenda

¿Cómo te has atrevido, buen Ricardo,
A hablar aquí de unión y de progreso?
¿No ves que eso es pedir rosas al cardo?

Dime ¿has perdido por ventura el seso,
Que te pones á hablar de garantías
Y de cuestiones otras de gran peso?

¿No ves que esas pueriles fruslerías
Son indignas del alto periodismo
Ya tan adelantado en nuestros días?

¿Cómo la voz del noble patriotismo
Te has atrevido a levantar, y luego
La torpeza, criticas y el civismo?

¿Cómo te das a defender con fuego
La causa del honor venezolano?
¿Estás acaso, buen Ricardo, ciego?

¿Cómo pretendes, cruel é inhumano,
Causar nuestra desgracia, dando vuelo
A la causa del pueblo soberano?. . .

Perdona que te diga sin recelo
Que vas desorientado en tu camino
Y que te engaña tu ferviente celo.

Deja a un lado la patria y su destino;
Pára un instante el curso de tu pluma
Y escúchame, inocente granadino:

¿Quieres llegar á la grandeza su suma?
Quieres verte flotando en los honores
Como en el mar la delicada espuma!

¿Quieres que lluevan sobre tí las flores
Y, abriendo un palmo de admirada boca,
Te miren Generales y Doctores?

¿Quieres que llegue tu fortuna loca
Hasta abrirte las puertas del santuario
Donde tan solo el escogido toca?

De ese sancta sanctorum del erario
Al cual aproximarse sólo es dable
A uno que otro feliz recipiendario?

Pues nada más sencillo y practicable:
Predica la discordia y la anarquía
Y dí que toda unión es detestable.

Agita con calor, con saña impía
Al pabellón del odio y los rencores,
Y llama al patriotismo tontería

Habla de los políticos colores
Con encendida rabia y torpe boca,
Y pide sangre, cárceles y honores.

Di que romper las leyes es bicoca,
Que el pueblo es carne de cañón; que muera!
Que el negro fratricidio es poca cosa.

Llama al contrario en opinión, pantera,
Canalla, torpe vándalo, villano...
En fin, ya tu conoces la manera.

Si por desgracia quieres el hado insano
Que al son de los tambores y del pito
Se maten el hermano y el hermano;

Si los tuyos triunfaron, alza el grito
De la victoria hasta el inmenso cielo,
Y si fueran los otros. . . chito chito.

Si con algún novel escritorzuelo
Una cuestión emprendes de política
Desprecia de Carreño el gran modelo.

El insulto soez sea tu crítica,
Y tu escogido texto el Diccionario
De la insolencia mísera y raquítica.

Aplaude á troche y moche lo arbitrario,
Y si quieres que el mundo te célebre,
Maneja con destreza el incensario.

En fin, rebuzna con ardiente fiebre,
Cual rebuzna, creyéndose un artista,
Pacífico jumento en su pesebre,

Que no de otra manera a periodista
Ha podido llegar tanto palurdo,
Ni tanto saltabancos a estadista:

Perdona, buen Ricardo, si te aturdo
Pintándote las cosas de mi tierra,
Tierra de tanta luz. . . y tanto absurdo!

Pero, todo es verdad, los ojos cierra
Y sigue mis consejos. . . tú me entiendes,
Que el que sigue consejos nunca yerra.

Confiando, pues, Ricardo, en que te enmiendes
Levanto aquí la pluma hasta otro día;
Y si no fuera por. . . tú me comprendes. . .
Cuántas otras cosillas te diría!

Juan Antonio Pérez Bonalde







Fuente:


POESIAS Y TRADUCCIONES / J.A. PEREZ BONALDE
Biblioteca Popular Venezolana/Ministerio de Educación/Academia Nacional de la Historia/1989


“Epístola” Poema conformado por 29 tercetos endecasílabos encadenados, en el que con marcada ironía el poeta José Antonio Pérez Bonalde se dirige al “buen Ricardo” (en alusión a Ricardo Becerra, “redactor del El Federalista ”, a quien dedica el poema) para echarle “una fuerte reprimenda” por su carencia de sentido de realidad, al atreverse a exponer en su periódico asuntos ajenos a los intereses de la autocracia de Guzmán Blanco, en lugar de actuar como sería lo esperado, como un servil adulador. Cualquier parecido con la actual realidad venezolana, no es coincidencia.

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