El Gatopardo Venezolano
El gatopardo (traducción conscientemente errónea de Il Gattopardo, cuyo significado real es El leopardo jaspeado) es una novela escrita por Giuseppe Tomasi di Lampedusa, entre finales de 1954 y 1957. Rechazada en un principio por las editoriales Einaudi y Mondadori, fue publicada póstumamente por la editorial de Giangiacomo Feltrinelli con prólogo de Giorgio Bassani.
El gatopardo narra las vivencias de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, y su familia, entre 1860 y 1910, en Sicilia (Palermo y Palma di Montechiaro).
En mayo de 1860, tras el desembarco de Garibaldi en Sicilia, Don Fabrizio (personaje inspirado en Giulio IV di Lampedusa, bisabuelo del autor) asiste con distancia y melancolía al final de una época. La aristocracia comprende que el final de su supremacía se acerca: es el momento de que se aprovechen de la situación política los burócratas y mediocres, la nueva clase social emergente. Don Fabrizio, perteneciente a una familia de rancio abolengo, se tranquiliza viendo que su sobrino Tancredi Falconeri, a pesar de combatir en las filas garibaldinas, intenta aprovecharse de la situación.
Cuando, como todos los años, el Príncipe se traslada con toda su familia a la residencia estival de Donnafugata, se encuentra a un nuevo alcalde, Don Calogero Sedàra, un burgués de origen humilde que se ha enriquecido y ha hecho carrera como político. Tancredi, que antes había manifestado algún interés por Concetta, la primogénita del Príncipe, se enamora de Angelica, la hija de Don Calogero, con la que se casará, fascinado probablemente por su belleza, pero también por su significativo patrimonio. Otro episodio significativo es la llegada a Donnafugata de un funcionario piamontés, Aimone Chevalley de Monterzuolo, que ofrece a Don Fabrizio la posibilidad de ser senador del nuevo Reino de Italia. Sin embargo, el Príncipe rechazará esta oferta, alegando que está demasiado ligado al antiguo régimen.
La vida del Príncipe a partir de ese momento transcurre con monotonía y desconsuelo, hasta la muerte, que le llega en una anónima habitación de hotel en 1883, cuando regresaba de Nápoles, adonde había acudido para unas visitas médicas. En su casa permanecerán las tres hijas solteras, amargadas por su vida cerrada y solitaria.
"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi"
Esta conocidísima frase simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos pueblos que han gobernado esta hermosa isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución para poder perpetuarse.
Para la ciencia política el gatopardo es aquel político, sea reformista o revolucionario, que pretendiendo cambiar las partes estructurales de un sistema socio-político conserva su totalidad funcional y organizacional para que, en realidad, no cambie. De esta manera el nuevo sistema que se quiere implantar será tan viejo, degradado o peor que el anterior.
Paradójicamente la creación heroica de estos tiempos es “cambiar algo, para que no cambie nada”; los últimos diez años han caracterizado por: Desempleo, pobreza, exclusión, marginalidad social. Concentración, abuso de poder, corrupción, malversación y desviación de los recursos públicos. Impunidad. Creciente persecución y acoso en lo político-policial en contra de la ciudadanía que no acepta las arbitrariedades del gobierno o cundo menos piensa diferente.
Y dentro de este contexto no están incluidas aquellas actitudes que atentan la democracia. En fin, el Gatopardo de Tomaci es sólo una caricatura, comparado con este otro Gatopardo del Tercer Milenio.
El control absoluto está en manos de una cúpula burguesa-rojita, manejada por una única persona quien planifica, organiza, ejecuta, dispone y goza del poder.
Con base en la paradoja del Gatopardo de Tomaci, considero que el sistema socio-político que se quiere imponer en Venezuela es similar a los regímenes que predominaron en el siglo pasado. Es más, estoy convencido que este periodo es el más salvaje de todos por ser reproductor de una serie de rasgos que son propios de los regímenes Fascistas o Neo-Fascistas.
Efectivamente, el gobierno ha concentrado y centralizado la totalidad de la representación del poder político en la figura de Hugo Chavez, a tal punto de considerarlo como el único líder, la única opción válida, para llevar a cabo la transformación social de Venezuela. No obstante, considero que aquello que Chavez odia desprecia y repudia su antagónico es en lo factico quien goza del poder real.
Un sistema socio-político con las características del prefigurado no es compatible con los principios que rigen para UN NUEVO SOCIALISMO, llámese Comunitario, Del siglo XXI.
En síntesis, pareciera que en la versión venezolana del Gatopardo todo ha cambiado, incluyendo las ideologías, pero lo único que realmente no cambia es el ejercicio del poder.
@gantillano
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