domingo, 7 de agosto de 2011

DOS POEMAS



PALABREO DE LA LOCA LUZ CARABALLO
 
Los deditos de tus manos,
los deditos de tus pies;
uno, dos, tres, cuatro, cinco
seis, siete, ocho, nueve, diez.
(Anónimo)


De Chachopo a Apartadero
caminas, Luz Caraballo,
con violeticas de mayo,
con carneritos de enero;
inviernos del ventisquero,
farallón de los veranos,
con fríos cordilleranos,
con riscos y ajetreos,
se te van poniendo feos
los deditos de tus manos.

 
La cumbre te circunscribe
al sólo aliento del nombre,
lo que te queda del hombre
que quién sabe dónde vive:
cinco años que no te escribe,
diez años que no lo ves,
y entre golpes y traspiés,
persiguiendo tus ovejos,
se te van poniendo viejos
los deditos de tus pies.


El hambre lleva en sus cachos
algodón de tus corderos,
tu ilusión cuenta sombreros
mientras tú cuentas muchachos;
una hembra y cuatro machos,
subida, bajada y brinco,
y cuando pide tu ahínco
frailejón para olvidarte
la angustia se te reparte:
uno, dos, tres, cuatro, cinco.


Tu hija está en un serrallo,
dos hijos se te murieron,
los otros dos se te fueron
detrás de un hombre a caballo.
“La Loca Luz Caraballo”
dice el decreto del Juez,
porque te encontró una vez,
sin hijos y sin carneros,
contandito los luceros:
...seis, siete, ocho, nueve, diez...





PÍNTAME ANGELITOS NEGROS

--Ay, compadrito del alma,
¡Tan sano que estaba el negro!
Yo no le acataba el pliegue,
yo no le miraba el hueso;
como yo me enflaquecía,
lo medía con mi cuerpo,
se me iba poniendo flaco
como yo me iba poniendo.
se me murió mi negrito;
dios lo tendría dispuesto;
ya lo tendrá colocao
como angelito de Cielo.



--Desengáñese, comadre,
que no hay angelitos negros.



Pintor de santos de alcoba,
pintor sin tierra en el pecho,
que cuando pintas tus santos
no te acuerdas de tu pueblo,
que cuando pintas tus Vírgenes
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.



Pintor nacido en mi tierra,
con el pincel extranjero,
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos,
aunque la Virgen sea blanca,
píntame angelitos negros.



¿No hay un pintor que pintara
angelitos de mi pueblo?
Yo quiero angelitos blancos
con angelitos morenos.
Ángel de buena familia
no basta para mi cielo.



Si queda un pintor de santos,
si queda un pintor de cielos,
que haga el cielo de mi tierra,
con los tonos de mi pueblo,
con su ángel de perla fina,
con su ángel de medio pelo,
con sus ángeles catires,
con sus ángeles morenos,
con sus angelitos blancos,
con sus angelitos indios,
con sus angelitos negro,
que vayan comiendo mango
por las barriadas del cielo.




ANDRÉS ELOY BLANCO

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