martes, 16 de junio de 2015

GENTE VENGATIVA




“Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.


Santiago Ramón y Cajal


Solemos equivocarnos diariamente, es algo natural que forma parte de la esencia de todo ser vivo. Equivocarse es también una forma de aprender y crecer. Reconociendo el error, podemos confrontar nuestras limitaciones y potencialidades, pudiendo evitarlos o corregirlos.

Si bien todos los humanos nos equivocamos, existen personas que han hecho de la negación de sus equivocaciones, una forma de vida. Viven sin paz, atormentados por el miedo, al creer que sus errores los hacen ver débiles, inexpertos o poco exitosos a los ojos de otros, pero sobre todo carecen de madurez emocional, valores y convicciones adecuadas que les impiden aprender de los errores. Sus miedos e inseguridades los hacen reaccionar instintivamente frente a todo aquello que sienten como una agresión o amenaza, entonces surge la reacción impulsiva, el resentimiento y la venganza.

Cuando desde pequeños no se les han inculcado a las personas valores, en especial espiritualidad y respeto, el hombre crece y solo sabe escuchar voces irracionales que llegan a su mente por complejos, inseguridades y soberbia.

Por ejemplo: Cuando las madres comparan hijos siempre, el que se siente menos, discriminado y herido puede quedar resentido y con los años decidir que desea vengarse de sus padres, de su hermano  y busca hacerlos sufrir para trasladar toda su ira  y frustración acumulada por años. En este caso, si bien esta persona fue víctima de maltrato al ser comparado con su hermano de niño, ello no implica que al crecer busque actuar mal, pero sino se lo enseñaron solo responderá a sus impulsos y el dolor sin aprendizaje hará estragos sobre gente que no lo merece.

Cuando se ha sido víctima de una traición, el ser irracional, lleno de ira, dolor y rabia decide vengarse, lo planifica, cree disfrutarlo y si pueden hacer saberlo a quienes son objetó de su venganza, creen sentirse en paz, satisfechos, pero es sólo un engaño, ocurre que quienes reaccionan así, no tienen respeto por sí mismos, traicionan su humanidad, sus valores, evidenciando ante todos que jamás fueron estables, ni claros ni honestos y por supuesto éticos.

La honestidad es una decisión y quien decide ser deshonesto, se traiciona, la venganza es en esencia es una traición a uno mismo, quien odia y quiere venganza, no solo no se ama, sino que siente pánico de revisarse, de confrontarse, es incapaz de mirarse en un espejo, por el miedo a verse tal cual es, por el miedo a ver al ser vil, sucio y miserable, despojado de toda humanidad.

A nivel laboral existen personas que no perdonan ni toleran la crítica, el conocimiento, o el éxito, buscan minimizar a las personas, excluirlas segregarlas, desestimar lo que hacen unos y sobrevalorar lo que hacen otros, buscan sabotearlas por envidia, egoísmo y en esencia por miedo e inseguridad. Si por ejemplo cuando se plantean críticas u observaciones a un proyecto, creen, imaginan, que es producto de la mala intención de irreales conspiraciones para hacerlos quedar mal, luego, este tipo de gente ignorante emocional se la pasa planificando venganzas absurdas sobre gente que a veces ni comprende por qué es tan odiada.

A veces las personas cometen mil fallas, pero eso no significa que debemos hacer lo mismo, en lo absoluto porque sería como pisar la oscuridad y perderse por dentro, sería decidir  mancharse y ante la desilusión, el desencanto y el observar gente así queda desarrollar compasión y dejar que la divinidad se encargue, sin malos deseos, sin rencor, solo caminar con compasión y silencio oportuno porque las palabras no tienen sentido para quienes no tiene humildad para mirarse.

Otra razón muy frecuente de que exista gente vengativa son los celos irracionales, celos que la mente crea incluso sin derecho, pero los impulsos brotan, los malos ejemplos y consejos tienen patas cortas y en ambientes donde existen muchas almas débiles de espíritu y dañadas, no hay mucho que hacer y solo el tiempo y los resultados en sus vidas tendrán la lección adecuada, porque nadie escapa de lo que debe aprender y a veces tragar polvo, caer, perder y sentir una desolación terrible es el precio a la necedad.

Hay resentimiento en la pareja, resentimientos laborales y entre amigos, todos perversas emociones que solo logran dañar mucho el alma. Y cuando una persona es presa de los resentimientos, piensa y piensa solo cosas terribles, arma historias tan turbias y es tan sencillo pensar mal de todos porque así lo han enseñado, porque con ese temor se ha crecido y estas malas enseñanzas y falta de inteligencia hace que mentes enfermas coloquen en un saco a todas las personas, que no sepan diferenciar como es una de otra.

Y quien duda de ti sin razón no solo te ofende sino que decide herirte adrede porque al dudar de si mismo pretende hacerte creer que eres indigno para luego afirmar cosas como “yo tenía razón, eres igual que todos” y si pasa el tiempo y descubre que ha errado, es tarde, el daño hecho está, la culpa no sirve  y le quedará mirarse en soledad  y empezar de cero a reconstruirse por dentro, asumiendo las consecuencia de sus actos.

@gantillano
Gustavo Antillano





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