"Sutil es la esclavitud, ya no sentimos el látigo que nos resuene en la espalda, es la nueva esclavitud"
Ali Primera (Esclavos de Esclavos)
En reiteradas oportunidades la Organización de Naciones Unidas ha hecho advertencias sobre nuevas formas de esclavitud. Se mencionan los casos del endeudamiento, la venta de niños y el tráfico de mujeres e infantes con fines sexuales.
En los últimos años ha proliferado una nueva forma de esclavitud que no se menciona pero que tristemente es una práctica cotidiana en Venezuela. Hablamos de la esclavitud de miles de servidores públicos que son sometidos a presiones y vejaciones por abusivos jefes. Estos, amenazan constante a los trabajadores con la pérdida de los beneficios laborales adquiridos si no demuestran una obediencia servil y esclavizaste a sus caprichos personales, todo en nombre de un supuesto compromiso con una única parcialidad política partidista.
Esta situación no es nueva en Venezuela. La novedad radica en que hoy cuando se habla de “Socialismo” del ser humano como centro de las acciones sociales del Estado, sea el mismo Estado, a través de funcionarios de gobierno el que abuce de los trabajadores públicos utilizando el miedo y la coerción bajo la amenaza de perder el ingreso con el que sostienen a sus familias.
La ONU, ha advertido que las raíces de esas prácticas están en la ignorancia, la intolerancia, el oportunismo y la discriminación; planteamiento con el que estoy totalmente de acuerdo, porque esas raíces de las que habla, están cada día más presentes en Venezuela y como hemos podido observar cada día más presentes en la estructura de gobierno.
Todo esto me lleva a hacer una reflexión muy simple, ya lo dice el viejo y conocido refrán: “La culpa no la tiene el ciego, sino quien le da el garrote” . Con esto, quiero decir que la culpa en realidad es de nosotros los ciudadanos al permitir que esas prácticas abusivas y faltas de ética se sigan cometiendo.
Quizá lo más grave de la situación se centre que muchos de los autodenominados “representantes” del pueblo y altos funcionarios públicos cometen omisión en el cumplimiento de la ley y de sus funciones, obedeciendo solo a intereses particulares o grupales, enfocándose en realizar acciones contrarias al bien común.
Todo esto, seguirá sucediendo mientras los trabajadores callen, permitan y avalen estos abusos. Si seguimos así, nada va a cambiar y nuestra sociedad no va a mejorar.
La ONU convoca a los gobiernos y a las sociedades del mundo a imitar el valor y el coraje de quienes lucharon por emanciparse de la esclavitud, para acabar con las formas modernas de ese fenómeno.
A los poderes de los gobiernos y a los partidos ya no se les puede convocar a nada porque han demostrado en los hechos que no les interesa el bien común; sin embargo, la convocatoria debe seguirse reforzando hacia a la sociedad para imitar el valor y el coraje para acabar con la moderna esclavitud. No debemos olvidar que el gobierno y los partidos los hacemos nosotros los ciudadanos, no debemos dejar que la ignorancia, la intolerancia, la desesperanza y el temor alimenten la codicia de unos cuantos.
“Hay que dejar de ser habitantes y comenzar a ser ciudadanos… en la medida que los funcionarios públicos se ciñan al orden legal establecido, se responderá al reto que demandan los ciudadanos… las prácticas clientelares y corporativas para controlar políticamente deben terminar…”
Concluyo pues con una frase bastante fuerte pero ilustrativa que aplica para todos:
“Lo importante no es cambiar de amo, sino dejar de ser becerros”
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