sábado, 7 de febrero de 2015

LAS CARACAS DE ZAPATA




























Desaparecido “Leo” y diluida su magnífica herencia entre caricaturistas que se dedicaron a otras actividades o que se acogieron a estilos prestados de los peores dibujantes argentinos o de los “cómics” norteamericanos, en Venezuela el dibujo satírico se había refugiado en la figura solitaria de Víctor Simone Delima, cuando hizo su aparición Pedro León Zapata por los últimos años de 1950. Delima había sido el último criollista, y su obra perdía en significación y en fuerza a medida que las costumbres reflejadas en ella desaparecían al impacto del cosmopolitismo impuesto por el auge de la economía petrolera. Sus extraordinarios tipos humanos perdieron poder alusivo, al cambiar la tipología urbana; su paisaje - sus puentes, sus ventanas, sus estatuas- perecieron con las demoliciones; la suplantación de los viejos botiquines y taguaras por las fuentes de soda, significo la eliminación de una de las vertientes más fecundas de su temario popular. las pulperías otro de sus motivos constantes, fueron completamente barridas por el comercio más funcional, frío y desprovisto de anécdota, de los “abastos” y supermercados al estilo norteamericano. Una nueva época empezaba para las costumbres de Caracas, y juntó con las costumbres entraba en crisis el viejo costumbrismo, es decir, todos 
aquellos modos de expresión escrita y gráfica que viven de 
comentar una manera estable de vivir.

Lo que determinó el rápido auge de Pedro León Zapata como dibujante humorístico fue precisamente su conciencia que insurgía en un momento de crisis de todos los valores tradicionales, y que su papel como dibujante era al mismo tiempo que reflejar esa crisis, abrirle a la dibujística venezolana, caminos hacia el porvenir. Para reflejar en todo su desintegración no el significado histórico de la crisis del país, Zapata disponía de un elemento que faltó a la mayoría de sus precursores;  el sentimiento trágico de la vida, para cuya expresión él adoptó una técnica que contribuyó a realzar los valores dramáticos del tema, como es la del grabado. Zapata, además, al localismo anecdótico de los “tipos” y de las situaciones domésticas,  prefirió ver en los casos de la vida doméstica del venezolano, un reflejo de los problemas humanos de un orden superior. Sus personajes no son ya figuras típicas, pintorescas y
locales, sino símbolos de valores universales, síntesis gráficas de ironías y protestas, en que la vida del hombre bajo el sistema capitalista está comprendida como un todo, no limitada por fronteras. Más, por eso, quedarnos como “Leo” o “Delima”, con “caras familiares” en sus dibujos, Zapata nos pinta la gran cara del hombre subdesarrollado, su miseria, su gran risa, su gran incultura, su gran expresión que hoy ya no reconoce límites geográficos, como no lo reconocen las causas históricas que se las ocasionan. Si alguna vez se acusó a Zapata de feista o de sombrío, culpa no ha sido ni de su técnica -que es la de uno de los más maravillosos dibujantes venezolanos de todos los tiempos- ni de su carácter, bondadoso y risueño. De dibujar fealdades y de inspirarse en el ridículo y en lo grotesco, culpemos más bien a su sentido de lealtad para con su época que con tantos horrores e injusticias nos pone ante nuestras narices cada día, ha convertido al más tierno de nuestros artistas gráficos, a Zapata, en una especie de vengativo Pireico de la moderna vida venezolana; en el gran “Cacapinta” burlesco y sardónico que cada día descarga sobre la crueldad del mundo contemporáneo su andanada de “zapatazos” magistrales. Zapata siguió la mayor parte de sus estudios en Mexico. Ha ejercido el profesorado en la Escuela de Artes Plásticas y en la Universidad Central de Venezuela. Fue también pintor, muralista, y en la pintura de caballete se ha realizado en un expresionismo cargado de intención política y de buen humor que ha contribuido con sus caricaturas a hacer de él la figura más popular y querida de las artes plásticas venezolanas.

Nación en 1929 .....,y se despide de la vida terrenal el 6 de febrero de 2015.

Fuente:
Caracas400Años
Edición especial del Círculo Musical
1987

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