La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad
de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Los lazos
de amistad se potencian recíprocamente y
no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual.
Implica la existencia de al menos dos
personas. La amistad necesita a un interlocutor para compartir, crecer
mutuamente y descubrir (se) en él sus
valores y también sus deficiencias.
El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su
compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tu sufres
y se alegra cuando tu te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se
aprovecha de ti
La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo
es ayudar al otro consecuentemente así mismo.
La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la
vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los
medios para lograrlo y mantenerlo.
La amistad se muestra en los momentos felices: el nacimiento
de un hijo, la celebración de un ascenso laboral, la inauguración de una casa.
En otras ocasiones la amistad se concretiza en una llamada telefónica para
pedir un consejo o compartir un proyecto o intercambiar ideas políticas,
religiosas o de la propia existencia, o simplemente por esa sensación que
tenemos de que existe una persona, aunque sea a cientos de Km., a la que
podemos recurrir solamente para hablar y saludarla.
En todas las situaciones, tanto buenas como en los momentos
difíciles aparece nuestro amigo al que podemos recurrir y dejarnos aconsejar,
descargar, llorar, reír y escuchar. De
una u otra forma comunicarnos con él.
La amistad es una relación entre iguales con alguna
característica en común. Por eso los profesores, los padres, los jefes no
pueden ser amigos de sus alumnos, de sus hijos o de sus empleados.
La amistad no se centra en las cualidades del otro sino más
bien en su propia esencia: cómo es como persona, qué cualidades tiene, qué
sentimientos provoca.
La amistad no origina simpatía hacia la persona sino
empatía: capacidad para comprender y para compartir alegrías y tristezas.
Cuando un amigo nos relata sus confidencias, lo dice según
su criterio, y la amistad requiere corregir los errores subjetivos, para poder
aprender la objetividad de los hechos.
El amigo es una persona que lo sabe todo de ti y te quiere
tal eres.
LA AMISTAD abarca la lealtad y confidencialidad. Lograr la
sinceridad mutua.
Los amigos son aquellas personas que en los momentos
difíciles esta contigo. La distinción para verdaderos y falsos amigos es la
presencia común en los buenos momentos y la sola ayuda de los verdaderos en los
malos.
En la amistad buscamos la ayuda incondicional, nos apoyamos
con los amigos para pasar mejor las tristezas, duplicar las alegrías y dividir
las angustias por la mitad.
Un proverbio sobre la amistad en el que estoy de acuerdo es
el siguiente: “El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”.
A un amigo lo llamas cuando estás pasando por una situación
insegura para que nos aconseje según su parecer, le pedimos su opinión, para que luego nosotros elijamos nuestro
propio criterio, sin que eso perjudique nuestra relación.
Existen diferencias en la relación de Amistad con la
relación del Amor. Diferencias entre los amigos de los conocidos.
La amistad sincera es recíproca, ambas personas enriquecen
esa relación, creciendo y aprendiendo de
ella.
La sinceridad, la generosidad, la comprensión, el afecto
mutuo son pilares sobre los que se construye una mistad que va consolidando con
el tiempo. Esto hace falta para lograr
una amistad sana y constructiva.
Por eso en el refrán “Amistad por interés, no dura porque no
lo es” Amistades de conveniencia, en las que ciertas personas se acercan a quien les puede dar prestigio, y
hay otras de verdad en que importa el fortalecimiento del amigo.
En la sociedad actual impera el materialismo al mismo tiempo
que es pragmática, prevalece entre la
gente el sentimiento de la amistad.
La amistad exige el fiel sentimiento de la sinceridad, la
comunicación sin trampas ni exigencias, la entrega mutua sin egoísmo, la preocupación
por el otro, la confianza sin límites, la paciencia, el respeto a las ideas,
aceptar la forma de vida del amigo, la
confianza sin límites, el saber escuchar, saber perdonar, el ser fiel a la
amistad aunque este lejos o haya pasado mucho tiempo.
En resumen con el amigo existen dos componentes importantes:
confiar y compartir desde tus proyectos, problemas, inquietudes, sueños y
fracasos. Todo lo anterior se aprende desde la infancia hasta la edad adulta,
pasando por el joven-adolescente que en esta etapa su medio social y los apoyos
de amistad encuentra una gran liberación en muchas ocasiones en su confusión
mental y emocional, su maduración personal depende de su integración en el
mundo adulto. Se siente y tiene la imperiosa necesidad de “aliarse”, de
relacionarse con otras personas de su condición y edad.