“Dios
amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo,
para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna”
Jesús de Nazaret.
Como cada año en esta temporada recordamos los últimos días
en esta tierra de Jesús de Nazaret y como siempre me asaltan las mismas dudas;
¿Entendemos realmente el significado, no solo religioso, sino simbólico de unos
hechos acaecidos hace miles de años? La
vorágine de los nuevos tiempos nos envuelve en un manto de intereses y
confusión, nos distrae de las enseñanzas de un hombre sencillo, humilde que
entrego su vida, por su fe. Un hombre como todos nosotros, que fue sacrificado
para limpiar las culpas de sus hermanos.
Espero que lo aquí escrito nos ponga a reflexionar sobre
este hombre que cambio al mundo y dividió la historia en un antes y después.
He aquí los hechos: Nació en Belén, Judea. Fue concebido por María, la mujer de José, un humilde
carpintero de Nazaret. Fue llamado Jesús nombre que se deriva de la palabra
hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah
(‘Yahvé es salvación’). Fueron los primeros cristianos quienes lo llamaron
Cristo (Christos, palabra griega, traducción del hebreo mashiaj (‘el ungido’),
o Mesías) por considerarle el libertador prometido de Israel; más adelante, la
Iglesia lo incorporó a su nombre para designarle como redentor de toda la
humanidad.
Nació en Belén, donde José y María habían acudido para
cumplir con el edicto romano que obligaba a inscribirse en el censo. Fue
concebido por su madre, que aunque desposada con José, se encontró encinta por
obra del Espíritu Santo.
Luego del nacimiento José y María se llevaron al niño a
Egipto, lejos del alcance del rey Herodes el Grande. Los evangelios hacen
referencia de varios hechos importantes en la vida del joven Jesús: La
presentación en el templo del recién
nacido, el cumplimiento de José y María con la ley judía que requiere la
circuncisión, su presentación en Jerusalén y la visita del ya joven al templo
para la fiesta de la Pascua.
Durante los siguientes 20 años Jesús vive como un habitante más de Judea, es a partir de los 30
años cuando según los escritos bíblicos comienza su ministerio público. Durante
los tres siguientes años hasta su muerte a los 33 años, se suceden los hechos
más trascendentales de se vida terrenal.
Los Evangelios hacen referencia al bautismo en el río Jordán
por Juan Bautista, el encarcelamiento de Juan Bautista, su retiro durante 40
días de ayuno y meditación y la elección de sus primeros discípulos.
Después del bautismo y el retiro en el desierto, volvió a
Galilea y visitó su hogar en Nazaret. Se trasladó a Cafarnaúm y comenzó a predicar.
Fue entonces cuando nombró a sus primeros discípulos, “Simón, que se llama
Pedro, y su hermano Andrés”, “Santiago el de Zebedeo y Juan, su hermano” más
adelante, cuando el número de sus seguidores creció, escogió a doce discípulos
para que le ayudaran. En compañía de sus discípulos, estableció su base en
Cafarnaúm y viajó a los pueblos y aldeas cercanas para proclamar la llegada del
Reino de Dios, como hicieron muchos profetas hebreos antes que él. Cuando los
enfermos de cuerpo o espíritu se acercaron a él en busca de ayuda, los curó con
la fuerza de la fe. Insistió en el amor infinito de Dios por los más débiles y
desvalidos, y prometió el perdón y la vida eterna en el cielo a los pecadores
siempre que su arrepentimiento fuera sincero. La esencia de estas enseñanzas se
encuentra en el sermón de la montaña, que contiene las bienaventuranzas y la
oración del Padrenuestro. El énfasis de este personaje en la sinceridad moral
más que en la observancia estricta del ritual judío provocó la enemistad de los
fariseos, que temían que sus enseñanzas pudieran incitar a los judíos a
rechazar la autoridad de la Ley, o Torá. Otros judíos se mostraron recelosos
ante las actividades de este gran hombre y sus seguidores porque podrían
predisponer a las autoridades romanas contra una eventual restauración de la
monarquía.
Cerca de la Pascua, viajó a Jerusalén por última vez y el
domingo de víspera entró triunfante en la ciudad donde le recibió una gran
muchedumbre que le aclamó. El jueves, celebró la cena de Pascua con sus
discípulos y les habló de su inminente traición y muerte como sacrificio por
los pecados de la humanidad. Durante la cena bendijo el pan ácimo y el vino,
llamó al pan su cuerpo y al vino su sangre.
“sangre
de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados”
(Mt. 26,27),
Y pidió que lo repartieran entre todos. Desde entonces, los
cristianos recuerdan este ritual, la eucaristía, en oficios de culto que
constituyen el principal sacramento.
En esa misma noche fue capturado por los romanos y fue
llevado hacia Pilatos donde ordenó su ejecución. Fue crucificado y sepultado y
al tercer día resucitó entre los muertos…
La vida y enseñanzas de este hombre han sido muchas veces
objeto de disputa y de interpretaciones diferentes en la historia. Pero tenemos
que reconocer que después de miles de años este hombre que cambio el rumbo de
la humanidad, continúa hoy vivo en nosotros.
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