Al levantarse el
telón
se ve en escena
una cena
donde cena una
docena
de tercios en
camisón.
Ante la mesa de
cedro
cuya forma es de
redoma
se pone de pie
San Pedro
y alza una copa
de goma.
San Pedro:
Y ahora, con
guarapita
voy a tener el
honor
de pegarme esta
copita
por el Reino del
Señor
Jesús:
Te doy las
gracias, Perucho,
mas no te
entusiasmes mucho.
Mi reino no es de
este mundo
donde hay tanto
vagamundo;
Sin darme tiempo
a que
reine aquí ni en
lugar alguno,
entre vosotros
hay uno
que me está
poniendo el
peine.
Rojo San Juan de
furor
y con el gaznate
seco
dice con sordo
rencor:
- Ese de que
habla el Señor
tiene que ser un
adeco.
Jesús:
Y bien, aunque la
velada
está tan
encantadora,
me parece que ya
es hora
de tocar la
retirada.
La cena estuvo
exquisita
y la charla muy
amena.
Yo voy a bajar la
cena
y a echar una
rezadita.
Bendiciendo a los
demás
sale Cristo en un
burrito
y al coger su
cachachás
se le va Judas
atrás
haciéndose el
motolito.
San Juan:
Hoy Judas se ha
comportado
como antes nunca
lo hizo.
Para mi que ese
carrizo
tiene su trompo
enrollado.
Tras la escena
que hemos visto
se pasa a un
sitio remoto
donde Judas ya
está listo
para negociar a
Cristo
como si fuera un
coroto
En acción cinco
soplones
y Judas, un poco
esquivo,
que ya ha firmado
el recibo
y está contando
marrones.
Judas:
Ya sabéis lo convenido:
Yo al verlo le
doy un beso
y vosotros lo
hacéis preso
cuando escuchéis
el
chasquido.
Iscariote se
retira
y la escena pasa
ahora
a un lugar donde
se mira
a un gentío que
le tira
peñones a una
señora.
Y Jesús entra en
escena
cuando ya falta
muy poco
para que a la
Magdalena
le desportillen
el coco.
Jesús:
¿Qué te asusta?
¿Qué te arreda?
¿Quién te
persigue cual rata?
¿Quién te ha
tirado esa piedra
que si te alcanza
te mata?
Magdalena (llorando):
Porque visto este
sudario
color de zamura
clueca,
mi vecindario me
impreca
diciéndome:
¡Adeca, adeca!
¡La adeca del
vecindario!
Jesús
:¿Y por eso se te
acosa
como a un animal
inmundo?
Pues que raro,
niña hermosa,
porque, bien
vista la cosa.
adeco aquí es
todo el mundo.
Del interior o
del centro,
ricachos o
güelefritos,
aquí hasta los
muchachitos
llevan su adeco
por dentro.
Y alzando hacia
el pueblo el brazole
lanza el
siguiente leco:
- ¡Que el que no
se sienta adeco
suelte el primer
ladrillazo!
Todo el mundo se
serena;
de armar la
marimorena
ninguno tiene el
valor,
y Cristo a la
Magdalena
le susurra en la
melena:
- ¿No te lo dije,
mi amor?
Haciéndose el distraído
sale Judas
Iscariote
y según lo
convenido,
a Cristo que está
abstraído
le da un beso en
el bigote
Cristo observa
con sorpresa
semejante
atrocidad,
porque Judas
cuando besa
es que besa de
verdad.
Consumada esta
acción vil,
la escena pasa,
en dos platos,
a una especie de
redil
donde están
Poncio Pilatos
(un solemne
pelagatos),
y Caifás que es
un reptil.
Pilatos:
¿Cómo estamos hoy
de presos?
Caifás:
Ni muy flojos ni
muy gruesos:
Fuera de mil en
La Planta
y seis mil en la
Modelo
y el número que
ya espanta
de los enviados
al cielo,
tenemos dos nada
más:
Jesucristo y
Barrabás
Caifás hacia
afuera grita
con su voz más
detonante:
- ¡Que traigan a
Carne Frita
y al tercio de la
chivita
que se hace el
interesante!
Salen los dos
prisioneros:
Barrabás, que
casi en cueros
muestra su cuerpo
retaco,
y Jesús al que le
choca
que en vez del
Credo en la boca
cargue un enorme
tabaco.
Pilatos
:¿Cuál de ellos
es Barrabás?
Caifás:
El mediano, el gordiflón,
el que tiene el
pantalón
abrochado para
atrás.
Pilatos:
¿Cuál dices?
¿Aquél gordito
que está junto a
la mampara?
¿Aquél que tiene
la cara
como de loro
chiquito?
Caifás:
Tiene a monte a
sus vecinos
robándoles el
ganado:
solamente el mes
pasado
cargó con treinta
cochinos.
Y el otro es como
un chiflado,
es una especie de
cura
de quien la gente
asegura
que multiplica el
pescado.
Pilatos:
¿Y por qué lo han
arrestado?
Caifás:
Porque anoche
¡voto al cuerno!,
fue por la calle
encontrado
falsificando el
pescado
y hablando mal
del gobierno.
Pilatos:
Los dos debieran panquear,
pero no se va a
poder...
Tendremos que
resolver
por votación
popular.
Caifás
Excelente
solución;
haremos un
plebiscito
para que gane el
gordito
y el otro vaya al
cajón.
(Al pueblo):
Como hay una sola
cruz
y un candidato de
más,
diga el pueblo
ante Caifás
si se embroma a
Barrabás
o si se raspa a
Jesús!
- ¡Que se salve
el Nazareno-
grita el coro de
vecinos –
él podrá no ser
muy bueno,
pero no roba
cochinos!
Barrabás (llorando):
Salvadme, nobles
vecinos,
que si salváis mi
cabeza
yo en cambio os
doy la promesa
de devolver los
cochinos!
Todos levantan
las manos
cual parando un
autobús:
- ¡Si él devuelve
los marranos
completos, sanos
y salvos,
entonces, muera
Jesús!
Cristo:
- ¡Qué ejemplo
tan oportuno
de lo que yo
siempre noto:
para lo que sirve
el voto,
pa’ que lo
embromen a uno!
Más Cristo, que
por lo visto
no es el de años
anteriores,
al mirar que sus
captores
tienen el mecate
listo,
pegando un salto
imprevisto
los increpa ya
molesto:
- ¡Vayan buscando
otro Cristo,
porque yo no sigo
en esto!
Y a los que me
quieren tanto
por mi carácter
sumiso,
que se busquen
otro santo.
¡Yo no soy manso
un carrizo!
Oyendo palabras
tales
Judas de pena se
ahoga
y entonces coge
los reales
para comprarse
una soga.
Mas tiene tan
mala suerte
que al colgarse
de una rama,
en vez de
encontrar la muerte
encuentra un
golpe tan fuerte
que pasa un año
en la cama.
Autor:
Y aquí termina la
broma
en donde como
hemos visto
,se demuestra que
hasta Cristo
vino este año por
la goma.
Aquiles Nazoa
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