martes, 11 de abril de 2017

SIETE AÑOS JUNTOS




Ya han pasado siete años de aquel 11 de Abril del 2011 en el que comencé esta maravillosa experiencia. Debo confesar que no ha sido tan fácil como algunos creen y en ocaciones, particularmente durante este difícil año, he pensado ponerle punto final. Pero el blog es como un niño pequeño, como un hijo que necesita atención, cuidados, debe ser alimentado y aunque podamos a veces dejarlo a solas, siempre hay que estar pendiente. A los hijos uno los puede dejar ir, pero no abandonarlos para siempre.

Al inicio no tenía ni idea de que se trataba esto de tener un blog, solo abrigaba la necesidad de compartir las cosas que sentía. La primera entrada publicada fue un artículo de Rigoberto Lanz (Universidad: Tres veces no) que de alguna forma expresaba las angustias que sentía sobre la situación de nuestras universidades y la ceguera de las autoridades para asumir las urgentes transformaciones que se requieren. Hoy es triste pero sobre este tema nada ha cambiado para bien, al contrario estamos peor y sin perspectivas de mejoras, pero por otra parte y para felicidad de algunos, muchas cosas si han cambiado. El crecimiento exponencial de la participación en las redes sociales (que tanto angustia a los gobernantes de turno) nos  demuestra que la ventana de la libertad, de la comunicación con nosotros mismos y con el mundo, será difícil de cerrar.

Este ha sido un espacio de expresión personal, íntimo, sin ningún tipo de pretensión intelectual, sólo un reflejo de mi pensamiento, a veces intenso, a veces caótico y superficial, otras lógico o 
racional, también he dejado ver mis gustos, recuerdos, emociones e ideas propias o ajenas y por supuesto mis sentimientos.

Algunas personas me han criticado por considerar el blog como poco serio o profesional, algo que la gente que me conoce sabe que me importa muy poco. He conocido tanta gente seria, académica, intelectual, pero tan vacía como seres humanos, el conocimiento no tiene limites y si se quiere aprender algo en la vida, hay que dejar esos cliché, los disfraces y las caretas y entender que todos somos en esencia ignorantes y que para aprender solo hay que tener disposición y humildad. Yo por mi parte seguiré aprendiendo, divirtiéndome y 
expresándome libremente, sin los complejos del qué dirán de la gente seria.


Hoy doy las gracias a quienes se han tomado la molestia de entrar al Blog, a las personas que han escrito los artículos que he tomado prestados, a los fotógrafos que nos aportan tan maravillas imágenes, a quienes incansablemente nutren los contenidos que encontramos en la web y a mis amigos, conocidos o extraños.

Gracias a todos por su cariño y apoyo, estos no han sido años fáciles, pero estos pequeños instantes compartidos han sido verdaderamente liberadores, llenos de esperanza y fe en un mundo de buena gente, bella, creativa y talentosa.

Gracias, muchas gracias.

 
Gustavo Adolfo Antillano




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