sábado, 15 de abril de 2017

“JESUCRISTO VIENE...” Y VIENE ARRECHO






Jesucristo viene con las nubes y todo ojo le verá.
Allí será el llorar y el crujir de dientes.



"Yo estaba cerca cuando Jesucristo tuvo su momento de duda y aflicción me cercioré de que Pilatos lavase sus manos y sellase su destino"
Mick Jagger & Keith Richards (Simpatía por el diablo)


Es que esa imagen de Jesucristo como si fuese un pendejo, no tiene nada que ver con el relato Bíblico y esa necia idea, de dejarlo por siempre herido, maltratado, pateado, azotado, escupido, rechazado, burlado, sangrante y clavado a una cruz, haciendo que la gente piense como si él necesitara de nuestra compasión, con ese llamado a lastima, pidiendo lagrimas como limosna, niega de por sí la “FUERZA” del Maestro; esos estúpidos proyectan la imagen de un personaje derrotado, lastimoso, impotente, suplicante, de alguien digno de lástima que va en contra del desenvolvimiento de la historia que nos cuentan en “El nuevo Testamento”… creamos o no creamos en esa historia, ella tiene un final completamente diferente a como nos la hacen ver quienes tan sólo nos cuentan “retazos” a conveniencia de los pasajes Bíblicos… Jesucristo era y sigue siendo un guerrero, un estratega, un verdadero Samurai… Jesucristo es en sí, un gran artista marcial; Sabía exactamente lo que le iba a pasar…él lo dijo: "Nadie me quita la vida. Yo la pongo por mi  propia voluntad".

El día en que Judas (uno de los 12) entregó a Jesucristo en el huerto del Gethsemani, llegaron con el traidor una muchedumbre que venía de parte de los sacerdotes, con espadas y  palos a aprehenderlo, pero esto no les resultó nada fácil. Cuenta la Biblia en el nuevo testamento, que uno de los doce apóstoles de los que estaban con Jesús, extendiendo su mano sacó su afilada espada e hirió a un siervo del pontífice… le quitó la oreja de un tajo… y me pregunto, ¿qué hacía un discípulo de Jesús (uno de los 12 del cual no dicen su nombre) armado con una espada? ¿Es que acaso los apóstoles estaban todos armados?. En verdad tres ellos eran del partido "Zelote"... por eso portaban espada. De seguro que la estocada iba directa al cuello y no a la oreja, lo peló por un pelo… casi lo decapita!, el hombre se quedó sin oreja como Van Gogh, y esta calló al suelo, como la oreja que se encontró llena de hormigas en la grama en la película “Blue Velvet” de Linch… Jesús le dice entonces al apóstol que utilizó la espada: “vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomaren espada, a espada perecerán  (¿a la manera de Sun Tsu ?), y el discípulo entonces guardó su espada”….

Jesús sacó a los mercaderes del templo con un látigo en mano; eran muchos y él, valientemente, vuelca las mesas y patea otras tantas llenas de mercancías, echa fuera del templo a todos los que vendían y compraban, trastornó las mesas de los cambiadores y las sillas de los que vendían palomas (¿ratas con plumas?)… látigo en mano los saca por “las malas”, él solo y sin ayuda se enfrenta a una muchedumbre y los hace huir, diciéndoles “han transformado el templo en una cueva de ladrones y por eso van fuera”…

Otro día en el desierto se enfrenta “cara a cara” a un enemigo terrible y poderoso, Jesús se enfrenta al mismísimo Demonio, a Satanás, a Lucifer, al Diablo… y le vence. Jesús se enfrenta con osadía a los sacerdotes del templo y luego a los Fariseos, y  también face to face de nuevo con las máximas autoridades de ese momento, sin ningún temor discute con Pilatos y luego con Herodes, estamos hablando aquí de un enfrentamiento con las máximas autoridades; otro día al querer comerse un higo en el desierto, (porque a Jesús le daba hambre) y descubrir que la higuera no tenia frutos, él la maldice y hace que se seque… si, así como lo oyen; Jesús “MALDICE”

(maRdita higueeeeraaaaa!!!)

Y con una energía que sale cuatro dedos debajo de su ombligo (¿ki?) hace que la planta se seque por completo… este hombre que podia caminar sobre las aguas del mar y no se hundía, que tenía el poder de llamar a doce legiones de ángeles, que transformaba el agua en buen vino, que resucitaba a los muertos y sanaba a los enfermos, que oraba a su Dios Padre y también tomaba vino tinto con sus compañeros, y que hasta se le vio llorar por la muerte de un amigo…se hacía llamar a si mismo como: “el hijo del hombre” y NO sólo como “el hijo de Dios”.

Jesús les decía a sus seguidores: que no había venido al mundo para unir sino para desunir, que había venido a separar a padres e hijos, para separar a los esposos y para separar también a las madres de sus hijas, que él había venido a este mundo a dividir… esto sin dudas es obra de un gran estratega.

Miguel Ángel pintó en el techo de Capilla Sextina, a un Jesucristo lleno de energía, fuerte y lleno de vida, de cabello castaño y ojos pardos… (nada que ver con la imagen del Cristo rubio de ojos azules tristones y menos con los ojos bitonales a lo David Bowie) ese Jesús Buonarrotiano que viene con las nubes con gran poder y gloria y al cual todo ojo le verá, y que según dice “El nuevo testamento” que "habiendo resucitado de los muertos, la muerte no se enseñoreará más de Él"…está en una imagen “central” del mismísimo Vaticano, pero muchos no la quieren ver ni quieren mucho menos a un Jesucristo así… “tienen ojos y no ven tienen oídos y no oyen”…Lo prefieren agonizante a lleno de vida…Hummmm!!!

Jesús hablaba del final de los tiempos; de ese tiempo que se ha llamado Apocalipsis y del ejército que le acompañaría a su regreso: “que vendrían ángeles con gran voz de trompetas y con espadas y echarían a los malos en el horno de fuego y ahí sería el llorar y el crujir de dientes”… este anuncio marcial, que en verdad produce temor, no es un anuncio de paz con estigmas en las manos, es un anuncio de guerra (¿a la manera de Miyamoto Musashi?)

Se habla de la cruz, pero mas interesante son las dos rayas que se cruzan en un punto, una vertical que cruza una horizontal… la vertical simboliza el plano divino, la horizontal el plano terreno, el centro o punto de cruce somos nosotros los humanos… es una cruz y como tal, símbolo de la suma, de la unión de lo divino en su vertical con lo terreno en la horizontal, pero también la cruz es un arma con la que en la que se castigaba a los criminales, a los delincuentes más peligrosos; a los ladrones, a los violadores, a los traidores y a los asesinos; amarrados o clavados en ellas hasta la muerte... Jesús fue una excepción reconocida, ¿pero, quien sabe cuántos inocentes por razones políticas, religiosas, morales o por ignorancia terminaron también sus días allí crucificados?

La cruz también es un símbolo mágico, de redención, de religión, es amuleto, talismán, contra, conjuro y veneración. La cruz pasa entonces de ser un símbolo del mal a ser uno del bien... se opina que con ella se obtiene un magnífico resultado aplicándola para repeler, ahuyentar o destruir a los Vampiros y Nosferatus;  menos a los vampiros judíos según nos dice Román Polansky en su película “El baile de los vampiros”.

Si a Jesucristo lo hubiesen matado de otra forma, la imagen que veneraríamos sería diferente; si a él lo hubiesen empedrado, lapidado, degollado, decapitado, empalado o ahorcado… otro gallo cantaría.

Es impresionante la imagen que aún hoy en día se presenta de Jesucristo, de un hombre clavado por sus manos y pies a la cruz, con una corona de espinas que le hiere la frente y herido en uno de sus costados por una lanza, con las rodillas en carne viva, clavado, exhausto, sangrante, agonizante... moribundo ¿Es este el final de un héroe? ¿Es este un final para el muchacho bueno de la película?

La Biblia nos habla de la muerte de Jesucristo en la cruz, pero también del descendimiento del cuerpo de Cristo de dicha cruz, de su visita al infierno         (porque Jesucristo estuvo en el infierno) de la resurrección de Cristo al tercer día y de la  subida al cielo; ella dice que Jesucristo está vivo (aunque usted no lo crea…) “que viene con las nubes y todo ojo lo verá”… ¿entonces por qué continuar mostrándonoslo  agonizante, con corona de espinas que le destroza la frente, con las rodillas en carne viva, con una herida sangrante en su costado, con los ojos entornados y clavado a unos maderos?

Si a Jesús lo hubiesen matado ahorcado, con una horca hecha de cuerdas, pues nosotros llevaríamos una soga al cuello, nos haríamos la señal de la horca señalando nuestra garganta (por la señal de la santa horca… y la mano giraría entorno al cuello) y tendríamos en vez de un crucifijo en la pared de nuestra casa; a un hombre colgando de una cuerda, ahorcado, pálido, con los ojos desorbitados y con la lengua larga afuera... diciendo: Eli, Eli, ¿Lama Sabachtani? en verdad una imagen tan patética como la otra.

Hace ya muchos años le pedí a Jesucristo que morara en mi corazón, y aún siendo yo tan mal anfitrión, él sigue ahí y no piensa dejarme… Y a decir verdad, yo tampoco quiero que me deje.


CARLOS ZERPA


Fuente: http://carloszerpa.blogspot.com/2006/04/jesucristo-viene-con-las-nubes-y-todo.html

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