DIFERENCIA ENTRE LA CORTEDE LUIS XVI Y UNA GALLINA
Hay una gallina
Norteamericana
que a la ciencia yanki
tiene alborotada,
pues es la gallina
sin duda más rara
que ha visto la especie
de las gallináceas.
No sé si es piroca,
no sé si es enana,
no sé si es papuja,
no sé si es jabada.
(¡Dirán los lectores
que yo no sé nada!).
Lo cierto es que dicen
que al ave de marras,
queriendo su dueño
comérsela horneada,
cortóle el pescuezo
y así degollada,
en un calderito
la dejó tapada,
tal vez para luego
venir a pelarla.
Algunos minutos
dejó que pasaran
y cuando ya estuvo
bien caliente el agua,
volvió al sitio donde
la gallina estaba.
Mas, ¡vaya sorpresa!,
que cosa tan rara,
cuando del caldero
levantó la tapa,
vio que allí no había
gallina ni nada.
¿Qué es esto? - se dijo –
¿Qué es esto, caramba?
¿Quién fue el vagabundo
que me echó esa lava?
Yo no tengo perro,
yo no tengo gata,
yo no tengo zorro,
yo no tengo nada;
lo que tengo es novia
y es vegetariana!
Como un detective
por toda la casa,
jorungó cajones,
registró las camas,
levantó la alfombra,
rajó las almohadas,
y no halló ni huellas
del ave extraviada.
Compungido entonces,
al corral se marcha,
y allí de sorpresa
casi se desmaya,
pues la gallina
que por muerta daba,
no estaba tan muerta
como él la dejara:
así, sin cabeza,
sin pico ni nada,
la bicha, señores,
no sólo escarbaba,
sino que la bicha
también cacareaba.
No ha habido en el mundo
gallina tan rara:
el cuello le cortan
y sigue encantada
En cambio, lo mismo
le hicieron en Francia
a toda una Corte
con todo y monarca,
¡y a los diez minutos
nadie cacareaba!
Aquiles Nazoa
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