No recuerdo cuándo fue la primera vez que la vi, pero desde
entonces siempre ha estado presente enseñándonos las facetas de la vida desde
la moralidad de una inteligente niña de ocho años.
Mafalda es el personaje más conocido del fantástico
dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, más conocido como “QUINO”, nace el
29 de septiembre de 1964, cuando apareció publicada en la revista Primera
Plana. Pero hay dos fechas más a tener en cuenta: el 15 de marzo de 1966, día
en que celebra su sexto cumpleaños en una tira que se vio en el diario El
Mundo, de Argentina, y la segunda está en boca de la propia Mafalda: "En
la vida real yo nací el 15 de marzo de 1962", en carta enviada al director
del semanario Siete Días.
Umberto Eco definió a Mafalda como “una heroína iracunda
que rechaza al mundo tal cual es… reivindicando su derecho a seguir siendo una
niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los padres”.
Julio Cortázar aseguró que "No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí".
Para mí es una niña tan ingeniosa como irreverente, tan reflexiva como contestataria; tremendamente repelente que prefiere la política y cosas, digamos, más de adultos que los juegos típicos de su edad. Eso a pesar de ser fan acérrima del pájaro loco. Me resultan originales ciertos razonamientos y cruelmente certeros otros. Del personaje y de muchísimas de las tiras me resulta sorprendente la facilidad con la que podríamos trasladarlos a la época actual: no hay guerra en Vietnam, pero sí en otros muchos sitios (no hace falta que ponga ejemplos, por desgracia los vemos cada día en las noticias), sigue existiendo un tercer mundo al que desde las altas esferas se le da la espalda, el ciudadano medio sigue teniendo problemas para llegar a fin de mes… son muchísimas las que se podrían enumerar. En resumen, su genialidad y actualidad siguen intactas. Este flamante personaje se transformó con los años en un estandarte de la lucha por la igualdad social.
Julio Cortázar aseguró que "No tiene importancia lo que yo pienso de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí".
Para mí es una niña tan ingeniosa como irreverente, tan reflexiva como contestataria; tremendamente repelente que prefiere la política y cosas, digamos, más de adultos que los juegos típicos de su edad. Eso a pesar de ser fan acérrima del pájaro loco. Me resultan originales ciertos razonamientos y cruelmente certeros otros. Del personaje y de muchísimas de las tiras me resulta sorprendente la facilidad con la que podríamos trasladarlos a la época actual: no hay guerra en Vietnam, pero sí en otros muchos sitios (no hace falta que ponga ejemplos, por desgracia los vemos cada día en las noticias), sigue existiendo un tercer mundo al que desde las altas esferas se le da la espalda, el ciudadano medio sigue teniendo problemas para llegar a fin de mes… son muchísimas las que se podrían enumerar. En resumen, su genialidad y actualidad siguen intactas. Este flamante personaje se transformó con los años en un estandarte de la lucha por la igualdad social.
Mas allá de la controversia sobre la fecha de nacimiento es innegable
que este irreverente personaje se ha mantenido atreves de los años como ejemplo
del pensamiento ético, por lo que cualquier escusa es valida para recordar lo
que nos dice Mafalda.
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